LECCIÓN NÚMERO 9

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LECCIÓN NÚMERO 9 EXISTENCIA PROPIA


Este atributo de Dios está claramente confirmado en su Santa Palabra. Consideremos el pasaje siguiente:


51Juan capítulo 5: versículo 26: "Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo."


Aquí tenemos nuevamente las palabras auténticas de nuestro Señor Jesús. Él dice que el Padre tiene vida en sí mismo, quiere decir, que a Él nadie le dio la vida o la existencia. Significa que Dios tiene existencia propia.


La experiencia misma, además de las investigaciones científicas, nos declaran que todo ser viviente debe su existencia a otro que se la dio. Por ejemplo: los hijos deben la existencia a sus padres, ya sea del orden genérico humano o de cualquiera de las diversas formas de vida en el reino animal. Aun las células deben su existencia a otras de ellas que dieron lugar a su origen. Así sucede también en el reino vegetal. Esto prueba lo que dice el principio filosófico de causalidad, que no hay efecto sin causa. Este principio exige por ley una Causa Primera, un Ser increado que posea existencia propia. Este es Dios. Él es la Causa de las causas, a Él nadie pudo haberle dado la existencia. Para que pueda ser Dios, tiene que tener existencia propia. Si alguien le hubiera dado la existencia, entonces sería Dios aquel que se la dio. Claro está, el hecho de que Dios exista por sí mismo, o sea, que tenga existencia propia, es algo que está fuera del alcance de la comprensión de la mente humana. Al respecto lo único que podemos decir es que solo Él sabe cómo y por qué existe. Como dicen las Escrituras en 51Deuteronomio capítulo 29: versículo 29, que las cosas secretas pertenecen Jehová nuestro Dios.

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