DECRETO APOSTÓLICO
Lo cierto es que, así como aquellos primeros convertidos siguieron tales enseñanzas, también algunos de nosotros las hemos seguido hasta los días actuales, como lo hizo Ernest William Sellers, fundador de la Iglesia que he integrado por más de 50 años; quien recibió el llamamiento divino habiendo sido instruido por un misionero cristiano llamado George Smit, quien le ministró la sanidad divina, a causa de una severa desviación en su columna vertebral, y nuestro Fundador recibió la salud completamente. Además, en un culto de oración precedido por Smit, nuestro Fundador recibió la promesa del bautismo en el Espíritu Santo. Todo ello sin haberle enseñado nada en relación con la observancia del sábado ni de la ley de salubridad alimenticia. Porque obviamente, estos no formaban parte de sus prácticas doctrinales. No obstante, al ser instruido posteriormente por una tía de Muriel su esposa, observadora de tales mandamientos, él los aceptó, los puso en práctica con sus seguidores y nos transmitió esas maravillosas enseñanzas. Reitero: no porque sea una demanda intimada para los gentiles en el decreto apostólico, sino, por amor y complacencia a nuestro Divino Creador. Por cuanto, así como aquellos primeros gentiles, hemos entendido que, si Dios demandó tales prácticas de los hebreos como su pueblo escogido, es porque su observancia es parte de su satisfacción y complacencia divina.
Lo cierto es que, desde sus inicios hasta la actualidad, Nuestra Iglesia se ha deleitado hasta la sublimidad en las alabanzas a Dios, a través de las composiciones de esos creyentes que no observan tales mandamientos como nosotros. ¿Será que aún creamos que para ellos no hay salvación porque no observan todos los conceptos doctrinales que nosotros observamos? ¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, o cae: mas se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle. (Romanos capítulo 14: versículo 4).
Por favor, enseñe la verdad de la santa doctrina sin aferramiento ni imposiciones, sino haciendo un llamado a las almas a la observancia de los conceptos que usted ha abrazado por amor a nuestro Divino Creador, convenciéndolos así de esa realidad innegable ya mencionada: que, si Él demandó tales prácticas de los hebreos, como su pueblo escogido, es porque las mismas son parte de su satisfacción y complacencia divina. Así podrá ganar muchas almas para el Reino de Dios. Sin necesidad de hacer uso de la supresión de la verdad. Y si estamos plenamente conscientes de la auténticidad de este concepto, cuando alguno reciba el llamamiento de Dios por nuesta predicación o enseñas, pero decida unirse a otra iglesia, y no a la nuesta, de todas suertes habremos ganado un alma para el reino de Dios.
Dios lo bendiga !!!
DATOS DE CONFIRMACIÓN
Esta sección la he dedicado especialmente a los integrantes de Nuestra Iglesia "Soldados de la Cruz de Cristo", y a cualquier otra persona que pueda interesarse específicamente en estos detalles doctrinales de nuestros inicios.
Según la información que nos aporta el Manual de Nuestra Iglesia, George Smit se entrevistó con Ernest Willian Sellers, en 1924 instruyéndolo en la Santa Doctrina durante varios meses. Pero ya Sellers había iniciado sus actividades evangelísticas desde 1922 impartiendo estudios bíblicos en la propiedad donde tenía su establecimiento comercial.
He copiado textualmente el siguiente dato registrado en la página 8 del folleto -Escuela Misionera- Historia de la Iglesia, donde refiriéndose al Fundador, dice:
En la época en que se formaba doctrinalmente la estructura que él creó, hubo un contacto con una tía de Muriel, que era Adventista del Séptimo día y había estudiado en Jamaica en un colegio adventista. Este se produjo cuando esta señora regresó en el año 1926 y compartió con Sellers la temática de la observancia del sábado en la Biblia. Allí en aquella dirección Primelles y 5ta, en Buena Vista, años de prácticas dominical se estremecieron; y después de estudiar la tesis que le presentaron, y de haberla analizado con detenimiento, las aceptó y esta observancia fue incorporada a su movimiento religioso declarándose a partir de aquel momento un observador del séptimo día.
Según observación escrita en sus apuntes, él refiere:
“… En 1926 aceptamos el séptimo día en nuestros corazones, pero casi temerosos de proclamarlo. El buen Señor incrementó nuestra fe, fervor y coraje hasta que nos declaramos “guardadores de los mandamientos en santidad al Señor” y comenzamos a predicar el séptimo día como el día de descanso de la Biblia; en medio de mucha oposición. Bendecimos a Dios por eso”. (Material de archivo de la oficina nacional). Junto con el sábado fue incorporado el tema de la vigencia de la ley de salubridad, todo bajo la misma influencia adventista que en el caso anterior.