LA SANTIDAD
LA SANTIDAD
La santidad es el aspecto de mayor relevancia relacionado con las normas de conducta sugeridas para los seguidores del Mesías. Ella comprende en sí misma todas las prácticas de obediencia e integridad del creyente fiel y consagrado.
La santidad atribuida al hombre, como habíamos dicho anteriormente, significa separación o apartamiento de la vida común para consagrarse y dedicarse al servicio de Dios. Pero ser santo no significa precisamente una separación literal o física del resto de la sociedad, sino dejar de compartir definitivamente con sus costumbres y comportamientos moralmente corrompidos y sus prácticas depravadas y pecaminosas. Ser santo significa tener un carácter diferente al del hombre ordinario, revelado a través de una vida de pureza moral, mediante un verdadero sometimiento a los principios de la voluntad de Dios expresados en sus santos mandamientos. Según la declaración de las Escrituras en 51Romanos capítulo 6: versículo 22, la santidad se entiende también como separación o libertad del pecado. Esta forma de conducta obedece claramente a la obra de regeneración del Espíritu Santo en el corazón del individuo, por cuanto la santidad proviene de Dios, quien es infinitamente Santo. Pero obviamente, Él no limita esta preciosa virtud a sí mismo, sino que demanda del hombre, creado a su imagen y semejanza, que viva también una vida de santidad. Exigencia divina que hace con gran especialidad a todos aquellos que Él les ha otorgado el privilegio de ser llamados “sus hijos”, sellados con el bautismo de su Espíritu Santo, logrando así el nivel más relevante de la santificación. Cuyo estatus debemos mantener mediante una apropiada conducta. Pues, así como en el caso de la regeneración, también la santificación, aun después de haber realizado su obra en la persona, mantiene un carácter de acción continua, dirigiéndola hacia un estado de perfección durante toda su vida. Todo lo cual indica claramente, que la santidad no es un proceso que llega a su límite en un determinado acontecimiento o período de tiempo, sino que dura toda la vida. Por lo que el Santísimo Creador, nos hace un constante llamado a la búsqueda de la santidad con la que el hombre fue creado al principio, la cual perdió a partir del pecado original. Este llamamiento divino se refleja claramente en el siguiente pasaje de las Escrituras:
51Primera de Pedro capítulo 1: versículo 16: "Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".
Nota: Para ver un apéndice con una valiosa extensión acerca de este tema, solo solo toque este enlace.
Veamos además, otros pasajes de las Escrituras en los que se hace énfasis en una vida de santidad para los creyentes.
51Levítico capítulo 20: versículo 26: "Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová [el Señor] soy santo, y os he apartado de los pueblos, para que seáis míos".
51Lucas capítulo 1: versículos 74 y 75: "Que sin temor librados de nuestros enemigos, Le serviríamos 75En santidad y en justicia delante de él, todos los días nuestros."
51Efesios capítulo 1: versículo 4: "Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor."
51Efesios capítulo 5: versículos 3 y 4: "Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4Ni palabras torpes"…
En su carta a los 51Colosenses según el capítulo 1: versículos 21 y 22, también el apóstol Pablo hace referencia al maravilloso don de la santidad diciendo: A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha reconciliado en el cuerpo de su carne por medio de muerte, para haceros santos y sin mancha, e irreprensibles delante de él.
De la misma forma, les escribe a todos los que están en Roma, según 51Romanos capítulo 1: versículo 7, donde los trata como amados de Dios, llamados santos. Y les dice: Gracia y paz tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo [Yeshúa el Mesías]. Y en 51Romanos capítulo 6: versículo 19, les hace una sabia sugerencia: Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne: que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros a servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santidad presentéis vuestros miembros a servir a la justicia.
De igual manera, se dirige a Tito según 51Tito capítulo 2: versículos 13 al 15, donde le dice que, Adam fue formado el primero, después Eva; y Adam no fue engañado, sino la mujer, siendo seducida, vino a ser envuelta en transgresión: empero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en la fe y caridad y santidad, con modestia.
El autor del libro A los Hebreos nos emite también un hermoso mensaje: "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor". 51(Hebreos capítulo 12: versículo 14).
Cada uno de los temas que tomaremos en consideración en el resto de este capítulo constituye un importante complemento de las normas de conducta requeridas para la santidad.