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Yanelis: Más allá de un simple comentario acerca de este valioso tratado, es de suma complacencia para mí revelar algunos detalles acerca del autor y de la esencia misma del contenido de su obra.


Conocí a Atilano a través de un contrato de trabajo, mediante la solicitud de mis servicios profesionales para la revisión y corrección de su libro y de un voluminoso contenido literario para su Sitio Web.


La extensa lectura y análisis de sus escritos, me han provisto de una alta apreciación del carácter religioso, ético y profesional de su autor. Ellos revelan que desde muy joven ha sido un apasionado de los estudios de teología.

Graduado en la Universidad Teológica Mundial Utmpr-puerto Rico, actualmente Atilano Guilarte Leyva es Máster en Teología, legalmente acreditado.


Concluida su carrera en dicha materia, Atilano ha emitido un valioso legado a favor de la humanidad, mediante esta excelente obra literaria.


Basado en las múltiples experiencias vividas, el autor de este libro asegura, que la asimilación de las enseñanzas contenidas en el mismo constituye una poderosa barrera contra la depravación moral y el mal comportamiento humano. Capacitando así al individuo para rechazar la incitación al pecado, al crimen, la violencia, el robo, el fraude, el odio, la mentira, la delincuencia y todo género de conductas que contribuyan a la inmoralidad y a la violación de todo principio ético que pueda dañar a la sociedad a la cual nos debemos, convirtiéndolo así en un ente social de alta calidad humana.


Estos detalles revelan por sí mismos, no solo la gran importancia de la lectura de esta magnífica obra, sino además, el gran valor de la asimilación de sus enseñanzas puestas en práctica en nuestra vida diaria.


Yanelis Turró Guió, Licenciada en Educación, Especializada en Español y Literatura.


Ariel: Siento la satisfacción de haber sido coalumno de Atilano Guilarte en nuestro primer curso del Seminario de Teología y posteriormente a nuestra graduación, compañero suyo en el desempeño de sus funciones como profesor de Introducción Bíblica en el mismo. Han transcurrido más de 20 años y lo que fuera entonces un simple folleto de 12 páginas, gracias a su arduo trabajo, su dedicación y su entrega total al intenso llamado de Dios, se ha convertido en un magnífico tratado de instrucción bíblica, que surcará los mares y cruzará fronteras emanando luz en medio de las tinieblas y llevando el mensaje de salvación y la enseñanza de la Doctrina Cristiana a las almas, en una forma sistemática que facilita la comprensión de todo un panorama de la Santa Doctrina.


Debo decir con toda modestia, que si José Duménigo Fabregat, fundador de nuestra Escuela de Teología en Cuba, viviera aún, se sentiría plenamente honrado con esta valiosa obra, escrita por quien fuera uno de los alumnos de su primera graduación de estudiantes.


Uno de los grandes valores de este tratado, se refleja en el método adoptado por el autor, en la aplicación de las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, a través del cual emite una clara convicción teológica, fundamentada en los conceptos, argumentos, evidencias históricas y gramaticales de su contenido, pero con imparcialidad, sin aferramientos ni imposiciones, de manera que las mismas puedan ser asimiladas por cualquier estudiante bíblico, sin importar cuál sea la tendencia teológica, o la Iglesia de su preferencia.


Recomiendo por ello, la lectura de este tratado a los estudiantes bíblicos, aun de niveles avanzados, que deseen conocer las grandes verdades que se encierran en su contenido. Creo sinceramente, que será de gran bendición para su vida espiritual y que tendrá un efecto positivo en su carrera cristiana y en su misión de transmitir el mensaje de salvación y adoctrinar a las almas.

Ariel Brocard, Licenciado en Teología.


Sergio: Atilano Guilarte fue mi compañero de mesa, cuando siendo un joven realizaba mis primeros estudios teológicos. Desde entonces, admiré su sencillez y entereza como estudiante. Pero ya maduro, en sus reflexiones presentes, ha logrado con su aporte influir en su tiempo y en las generaciones que le sucederán.


Durante años le he visto creando a solas, sin muchos medios quizá, pero en pujanza desbordante, luchando contra molinos del presente como un Quijote moderno, que libra cada día una estocada sobre cuartillas que se unen, convirtiendo lo incomprensible en materia de referencia, para todos los que aman la exégesis de la Palabra.


Analizando los estudios que aborda, gravita en el lector descubrir la instrucción preparada con una porción amena, donde el estudiante encontrará algo elemental que lo ayudará legítimamente en el desarrollo de su fundamento cristiano. Es loable y brillante la versatilidad de su accionar, retomando temas complejos con tintes de colorido deslumbrante y así anda por la vida, sembrando amores y sueños de eternidad. Atilano es sencillamente, un dotado de virtudes que emanan de lo etéreo. Un hombre feliz, que ubica atinadamente este texto en un tiempo donde se necesita; un estudioso consuetudinario, un ladrón de espacios por lo interesante de su aporte, aunque pueda disentirse de sus opiniones.


Creo este material positivo para leerse y estudiarse, pues aunque es un tratado elemental de teología y doctrina cristiana, se revela completo en contenido, argumentos y evidencias, ofertando además, un alto grado de la convicción teológica y ética profesional del escritor.


Sergio González Th. Dr, Mn. Dr, D. D. 


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