IDENTIDAD DEL AUTOR
Teniendo en cuenta mi postura reflejada en la exposición del tema considerado, entiendo razonable que la mayoría de mis lectores hayan comenzado a valorarme como un integrante del movimiento llamado Raíces hebreas, pero lo cierto es que, mi verdadero fundamento está basado en mis modestos conocimientos de teología y en mi afán por enseñar la verdad de las Sagradas Escrituras. No obstante, con el fin de ser mejor entendido por todos, antes de dar inicio a la consideración de los demás temas comprendidos en este Manual de Estudios Bíblicos, me ha parecido prudente exponer mi propio criterio acerca de esta tendencia, cuya proyección se basa en que, el mejor patrón de imitación que se pueda seguir como creyentes en el Mesías, es el de la congregación formada por los primeros discípulos que le siguieron, los cuales, por ser hebreos, cumplían con todas las leyes de la Torah que observaba el judaísmo. Y solo se distinguían de ellos, en que creían en Yeshúa como el Mesías incluyendo las declaraciones del libro A los hebreos referentes a Él y su escogimiento como sumo pontífice según la orden de Melchîsedech, y como aquel que sustituyó los sacrificios de animales por el pecado, por su propio sacrificio expiatorio en la cruz. Detalles que, el mismo Yeshúa confirmó anticipadamente, cuando dijo: Yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí (Jn. 14: 6).
En realidad, hay varios aspectos de las enseñanzas de esta tendencia, de mucha utilidad. Tratar de explorar la cultura y la perspectiva judías, dentro de las cuales se escribió la mayor parte de la Biblia, abre y enriquece nuestra comprensión de las Escrituras, añadiendo entendimiento y profundidad a muchos de los pasajes, parábolas y modismos.