EL BAUTISMO DE AGUA
EL BAUTISMO DE AGUA
Después de haber creído en el Señor Yeshúa como el Mesías y haberlo aceptado como nuestro Salvador con plena certeza de fe, haciendo uso práctico del arrepentimiento el paso inmediato a seguir es el bautismo, como lo hizo el carcelero de Filipos y todos los suyos, según el pasaje citado en el tema anterior; pues así lo ordenó el mismo Señor a sus discípulos. Al respecto consideremos el pasaje siguiente:
51Marcos capítulo 16: versículos 14 al 16: "Finalmente se apareció a los once mismos, estando sentados a la mesa, y censuróles su incredulidad y dureza de corazón, que no hubiesen creído a los que le habían visto resucitado. 15Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura. 16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado."
Según datos procedentes de auténticas fuentes históricas, antes de que Juan el Bautista iniciara su ministerio como precursor del Mesías y pregonero de su advenimiento, ya el bautismo de agua era practicado por los judíos como un medio de purificación de los pecados, en el proceso de iniciación de los prosélitos al judaísmo. No obstante, en las Sagradas Escrituras es conocido a partir de su aplicación por el Bautista. Consideremos al respecto lo que dice el pasaje siguiente:
51Marcos capítulo 1 versículos 4, 5, 7 y 8: "Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para remisión de pecados. 5Y salía a él toda la provincia de Judea, y los de Jerusalem; y eran todos bautizados por él en el río de Jordán, confesando sus pecados. 7Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar encorvado la correa de sus zapatos. 8Yo a la verdad os he bautizado con agua; mas él os bautizará con Espíritu Santo."
Yeshúa nos dio el ejemplo: Nuestro Señor no solo recomendó el bautismo como una regla para los creyentes sino que Él mismo, siendo el Hijo de Dios, quiso ser bautizado también para que tomemos ejemplo de su propio sometimiento. Consideremos al respecto lo que dice el siguiente pasaje bíblico:
51Mateo capítulo 3: versículos 13 al 17: "Entonces Jesús [Yeshúa] vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado de él. 14Mas Juan lo resistía mucho, diciendo: Yo he menester ser bautizado de ti, ¿y tú vienes a mí? 15Empero respondiendo Jesús [Yeshúa] le dijo: Deja ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces le dejó. 16Y Jesús [Yeshúa], después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre él. 17Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento."
La Iglesia primitiva cumplió fielmente con esta ordenanza del Señor Yeshúa, según lo prueba el siguiente pasaje de las Escrituras:
51Hechos capítulo 2: versículos 37 y 38: "Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo [Yeshúa el Mesías] para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo."
Este pasaje enseña, además, que el bautismo debe tomarse bajo la convicción de un genuino arrepentimiento, para obtener de Dios el perdón de los pecados, o sea, para que el mismo pueda tener verdadera efectividad en el individuo, este debe haber logrado con antelación el arrepentimiento de sus pecados.
El bautismo es un acto simbólico: El mismo simboliza muerte al pecado y resurrección a una nueva vida. Al respecto veamos lo que nos dicen los siguientes pasajes bíblicos:
51Romanos capítulo 6: versículos 3 al 6: "¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús [el Mesías Yeshúa], somos bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como Cristo [el Mesías] resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. 5Porque si fuimos plantados juntamente con él a la semejanza de su muerte, así también lo seremos a la de su resurrección. 6Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fue crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado."
51Colosenses capítulo 2: versículo 12: "Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis con él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos."
Obviamente, stos pasajes podrán ser mejor entendidos por aquellas personas que hayan presenciado literalmente el acto del bautismo por inmersión. Según el método actual adoptado por la mayoría de las iglesias cristianas, el ministro que ejerce esta función, sumerge a la persona en el agua, de tal forma que simboliza claramente que está siendo sepultada. Y al levantarla de las aguas simula que se levanta de la tumba.
Tal como el Mesías fue sepultado y resucitó a una nueva vida, así también la persona es sepultada simbólicamente en las aguas del bautismo, donde son dejados todos los pecados pasados con el viejo hombre, para levantarse como una nueva criatura, que comienza una nueva vida en todos los aspectos del orden moral, según las recomendaciones del apóstol Pablo en 51Romanos capítulo 6: versículos 11 al 13, donde dice:
"Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos a Dios en Cristo Jesús [el Mesías Yeshúa] Señor nuestro. 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias; 13Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por instrumento de iniquidad; antes presentaos a Dios como vivos de los muertos, y vuestros miembros a Dios por instrumentos de justicia".
Forma bautismal: La definición dada en el 1Diccionario Griego-Español para la palabra bautizar dice: lavar, bautizar. El verbo lavar, en este caso, se refiere a lavar el cuerpo o bañarlo, en el sentido específico de la purificación. Mientras que el 23Diccionario Etimológico nos ofrece una mayor aclaración según la siguiente definición: bautizar (v.) c.1300, del francés antiguo batisier (11c.), del latín “baptizare”, del griego “baptizein” sumergir, inmersión en agua.
Esta definición le da un carácter de mayor autenticidad al concepto de que la forma bautismal reconocida bíblicamente, tal como la administrara Juan el Bautista es por inmersión. Al respecto tomemos en consideración lo que nos dicen los siguientes pasajes de las Escrituras:
51Marcos capítulo 1: versículo 5: "Y salía a él toda la provincia de Judea, y los de Jerusalem; y eran todos bautizados por él en el río de Jordán, confesando sus pecados."
51Mateo capítulo 3: versículo 16: "Y Jesús [Yeshúa], después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él."
La idea que con mayor claridad nos proporcionan estos pasajes bíblicos es que la forma original del bautismo es por inmersión. La misma consiste en el sumergimiento total de la persona en el agua, de donde es levantada inmediatamente para ser aceptada como un nuevo integrante de la congregación de creyentes en el Mesías. Estas aguas, según se puede apreciar en los pasajes leídos, eran aguas corrientes del río Jordán o de cualquier otro.
No obstante, la historia del cristianismo arroja a la luz el hecho de que algunos de los dirigentes de la Iglesia en siglos posteriores, debido a las circunstancias, degeneraron en la idea de adoptar otras formas diferentes para el bautismo, por ejemplo, el bautismo por aspersión, el cual consiste solamente en el rociamiento de agua sobre la persona. Esta forma de bautismo ha llegado a tomar un carácter tan ligero y superficial, que no merece atribuirle relación alguna con la verdadera forma bautismal del principio.
La forma más aceptada entre estas variantes, por diferir muy poco de la original, consiste en un depósito de agua, que en la actualidad pudiera ser una fuente con aguas corrientes o no, donde la persona puede ser bautizada por inmersión, en forma semejante a la primitiva.