EL JUICIO FINAL

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EL JUICIO FINAL

Este será el evento de mayor repercusión y de más graves efectos, que dará conclusión a los sucesos escatológicos reflejados en las declaraciones de las Sagradas Escrituras. Será un día fatal y eternamente lamentable para los pecadores impenitentes. Dios los traerá a juicio por todos los crímenes, injusticias e inmoralidades cometidas o simplemente por su actitud indiferente al llamamiento divino al arrepentimiento de los pecados y a la aceptación del plan de salvación provisto por gracia mediante el sacrificio expiatorio de Yeshúa el Mesías por la redención de la humanidad.

Este será el evento en que el Mesías aparecerá como juez de todo el universo para poner de manifiesto la justicia divina y dar a cada uno la debida retribución, según hayan sido sus obras. Será un día de recompensas y castigos. Pues así lo declara su Santa Palabra según el pasaje siguiente:

51Segunda de Tesalonicenses capítulo 1: versículos 6 al 10: "Porque es justo para con Dios pagar con tribulación a los que os atribulan; 7Y a vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús [Yeshúa] del cielo con los ángeles de su potencia, 8En llama de fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo [Yeshúa el Mesías]; 9Los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia, 10Cuando viniere para ser glorificado en sus santos, y a hacerse admirable en aquel día en todos los que creyeron".

El juicio final ha sido uno de los temas sobre el cual han hecho énfasis casi todos los profetas de la antigüedad. Pero las Sagradas Escrituras lo revelan en términos mejor definidos a partir de las enseñanzas del Mesías. Este es descrito como: “el juicio eterno,” “el juicio del infierno,” “el día del juicio” o simplemente como “el juicio.”

Consideremos algunos ejemplos relacionados con el tema de referencia:

51Hebreos capítulo 6: versículos 1 y 2: "Por tanto, dejando la palabra del comienzo en la doctrina de Cristo [el Mesías], vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, y de la fe en Dios, 2De la doctrina de bautismos, y de la imposición de manos, y de la resurrección de los muertos, y del juicio eterno."

51Mateo capítulo 23: versículos 31 al 33: "Así que, testimonio dais a vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32¡Vosotros también henchid la medida de vuestros padres! 33¡Serpientes, generación de víboras! ¿cómo evitaréis el juicio del infierno?"

51Mateo capítulo 10: versículo 15: "De cierto os digo, que el castigo será más tolerable a la tierra de los de Sodoma y de los de Gomorra en el día del juicio, que a aquella ciudad."

51Hebreos capítulo 9: versículo 27: "Y de la manera que está establecido a los hombres que mueran una vez, y después el juicio."

El juicio final fue ilustrado por nuestro Señor, tal como lo expone Mateo en su narrativa. Según 51Mateo capítulo 25: versículos 31 al 46, el Señor declara que cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre su trono. Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui huésped, y me recogisteis; Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui huésped, y no me recogisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o huésped, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos pequeñitos, ni a mí lo hicisteis. E irán éstos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna.

Este pasaje constituye una advertencia para aquellos que se muestran indiferentes a las necesidades y desgracias de sus semejantes. Indicándonos que el castigo divino será no solo para los que hicieron lo malo, sino también para aquellos que no hayan puesto en práctica las buenas obras requeridas por el Señor, según las circunstancias señaladas aquí. Pues tanto un comportamiento como el otro, son tomados en cuenta como pecado y son definidos por los teólogos, como dijera antes, como pecado de omisión y pecado de comisión. Los pecados de omisión son aquellos que cometemos cuando dejamos de hacer lo justo o lo bueno; mientras que los de comisión son los que ejecutamos cuando obramos injustamente o con maldad, con lo cual se viola siempre alguno de los mandamientos divinos.

Este pasaje ofrece evidencias, además, de que, en el juicio final serán sentenciados el Diablo y sus ángeles, y que los pecadores impenitentes tendrán, como ellos, el mismo lugar de castigo. Al respecto consideremos otro pasaje de las Escrituras:

51Segunda de Pedro capítulo 2: versículos 4 al 7, 9 y 10: "Porque si Dios no perdonó a los ángeles que habían pecado, sino que habiéndolos despeñado en el infierno con cadenas de oscuridad, los entregó para ser reservados al juicio, 5Y si no perdonó al mundo viejo, mas guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados, 6Y si condenó por destrucción las ciudades de Sodoma y de Gomorra, tornándolas en ceniza, y poniéndolas por ejemplo a los que habían de vivir sin temor y reverencia de Dios, 7Y libró al justo Lot, acosado por la nefanda conducta de los malvados, 9Sabe el Señor librar de tentación a los píos, y reservar a los injustos para ser atormentados en el día del juicio, 10Y principalmente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia"...

Este pasaje bíblico, además de tratar acerca del juicio que espera a los ángeles caídos, así como a los pecadores impenitentes, nos proporciona una información acerca de los diferentes medios que Dios ha usado a través de la historia de la humanidad, para castigar a los malvados. Según se puede apreciar en el estudio de las Sagradas Escrituras, Dios castigó al Diablo y a los ángeles que con él se rebelaron, arrojándolos al abismo y encerrándolos con cadenas de oscuridad hasta el día del juicio. El mundo antiguo lo hizo perecer por medio del Diluvio Universal, por causa de su depravación; a los habitantes de Sodoma y Gomorra los consumió con fuego y azufre por la misma causa; y para los que conocen la historia bíblica, quiero especificar que a los cananeos los ajustició Dios a través de su pueblo escogido, quien los destruyó a filo de espada por causa de su gran corrupción. Todas estas personas fueron víctimas de un juicio temporal, para los cuales está preparada también la sentencia de condenación eterna, según las declaraciones reflejadas en las mismas Escrituras. Ahora bien, ¿qué habremos de esperar para aquellos que en la actualidad practiquen una conducta tan depravada o peor que aquellas personas? Para ellos, si no se arrepienten de su perverso comportamiento y se acogen a la gracia divina, la única alternativa será recibir la sentencia dispuesta para el día del juicio final. Al respecto consideremos lo que dicen las Sagradas Escrituras:

51Apocalipsis capítulo 21: versículo 8: "Mas a los temerosos e incrédulos, a los abominables y homicidas, a los fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda."

Para concluir con nuestro estudio acerca del tema de referencia, tomemos en consideración una más de las declaraciones del apóstol Juan según la revelación apocalíptica que le fue mostrada. Él nos declara que, cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá para engañar las naciones que están sobre los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y circundaron el campo de los santos, y la ciudad amada: y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró. Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás. Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fue abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno (abismo) dieron los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus obras. Y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de fuego. 51(Apocalipsis capítulo 20: versículos 7 al 10, 12, 13 y 15).

El Mesías entrega el Reino a Dios el Padre: Según se puede deducir de las palabras expresadas por el apóstol Pablo, la última de todas las actividades comprendidas en esta serie de eventos, habrá de consistir en que, habiendo cumplido Yeshúa, la segunda faceta profética de su misión como el Mesías prometido, hará entrega de su reinado a Dios, el Padre. Al respecto veamos lo que nos dice el pasaje bíblico siguiente:

51Primera de Corintios capítulo 15: versículos 24 y 25: "Luego el fin; cuando entregará el reino a Dios y al Padre, cuando habrá quitado todo imperio, y toda potencia y potestad. 25Porque es menester que él reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies."

Para escuchar una alabanza alusiva al tema, solo toque este enlace.

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