CAPÍTULO 8 INTRODUCCIÓN  

<<  l  >>

UNIDAD IV CAPÍTULO 8 ANTIGUO Y NUEVO PACTOS INTRODUCCIÓN


Con relación a estos dos pactos de Dios con el hombre, consideremos lo que dicen las Sagradas Escrituras:


51Hebreos capítulo 8: versículos 8, 9 y 13: "Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, Y consumaré para con la casa de Israel y para con la casa de Judá un nuevo pacto; 9No como el pacto que hice con sus padres, El día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto: Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo los menosprecié, dice el Señor. 13Diciendo, Nuevo pacto, dio por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está de desvanecerse."


La apreciación de un panorama completo de las Sagradas Escrituras, nos permite entender que el antiguo pacto de Dios con el hombre, constituyó un período transitorio de revelación teológica de vital importancia, que preparó el camino para conducirnos hacia el verdadero objetivo divino, que consistía en el nuevo pacto. Sin la existencia del antiguo, a la humanidad le hubiera sido muy difícil asimilar la manifestación del nuevo, por cuanto en aquel están asentadas todas las bases de carácter moral y religioso, además de una serie de declaraciones proféticas y de simbolismos rituales, tratados en teología como la tipología del nuevo pacto, que nos hablan con toda claridad del porvenir de este último y que en su totalidad dieron lugar al establecimiento del mismo. Por lo que este puede ser considerado como una sucesión lógica del pacto antiguo.


Ahora bien, teniendo en cuenta la existencia de estos dos pactos y habiendo entendido que el antiguo no mantiene su vigencia total, tomaremos en consideración los distintos aspectos comprendidos en cada uno de ellos, para que podamos apreciar cuáles son sus diferencias y poder obtener así una convicción legítima acerca de las leyes que han quedado sin efecto y cuáles permanecen vigentes en la dispensación del nuevo pacto. Porque cuando un pacto, testamento o acuerdo, es cambiado por otro, no siempre se eliminan todos los elementos o componentes del mismo, sino que en numerosos casos, algunos de estos pasan a formar parte activa del nuevo acuerdo, aunque a veces bajo determinadas variantes.


Es por ello, que para establecer si un determinado aspecto comprendido en el antiguo pacto tiene vigencia o no en el Nuevo, es necesario que se haga alusión al mismo de forma clara y determinante, en los Escritos del Nuevo Testamento o en auténticos datos históricos comprendidos preferentemente en el período de la Iglesia primitiva.


ANTIGUO PACTO


El antiguo pacto o pacto renovado, tal como se puede definir consistía en una serie de alianzas de Dios con el pueblo hebreo. Su objetivo principal se fundamentaba en la promesa de vida eterna. Esta se podía lograr bajo la condición de una vida de santidad obtenida mediante la estricta obediencia a una serie de leyes dadas por Dios mismo, entre ellas los Diez Mandamientos, escritos en tablas de piedra con su propio dedo. Este pacto incluía un medio de redención temporal de los pecados, por el sacrificio y la sangre derramada de corderos, machos cabríos y becerros. Lo que contribuía, además, a la reconciliación del hombre con Dios y ayudarlo a mantener su estatus de santidad en una mejor escala. El mismo comprendía, además, otros aspectos en los cuales Dios hizo alianza con su pueblo, entre los que se encuentran el orden sacerdotal y la circuncisión.


NUEVO PACTO


El nuevo pacto consiste en la promesa de vida eterna dada por Dios al hombre. La cual le es ofrecida por gracia mediante el sacrificio y la sangre derramada de Jesucristo, el Hijo de Dios, para la redención y el perdón de los pecados de toda la humanidad.


La condición para obtener esta promesa de vida eterna bajo este nuevo pacto, consiste en acogerse al plan de la salvación por gracia y mantener una vida de santidad, mediante la fe, el arrepentimiento y la regeneración. Incluye, por ende, la fiel observancia de los santos mandamientos escritos, no en tablas de piedra, sino en el corazón y en el alma de los creyentes, según lo podremos confirmar en los temas correspondientes.


Para que podamos entender mejor las diferencias entre estos dos pactos consideraremos cada aspecto, paso a paso, de acuerdo con las Sagradas Escrituras. Teniendo en cuenta que los temas principales que enmarcan sus variantes son los siguientes:


1. Sacrificios por el pecado.


 2. Leyes y mandamientos.


 3. Pacto sacerdotal.


 4. La circuncisión.


Cada uno de ellos lo trataremos como un tema en particular y aunque las leyes y mandamientos aparecen ocupando el segundo lugar, no obstante, lo dejaremos como el último asunto a tratar en este capítulo. Por cuanto es el tema de mayor complejidad relacionado con las diferencias que enmarcan estos dos pactos de Dios con los hombres.

<<  l  >>