CAPÍTULO 10 INTRODUCCIÓN  

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CAPÍTULO 10 NORMAS DE CONDUCTA PARA EL CRISTIANO


Introducción: El contenido de la serie de temas comprendidos en este capítulo sumado al anterior, enfocan un panorama prácticamente completo de los principios y fundamentos de la fe y de la doctrina de Jesucristo. Aplicados a una serie de normas de conducta y de reglas morales, establecidas para el comportamiento individual y colectivo de los creyentes en el proceso de la salvación. Este panorama tiene su fundamento en las palabras referidas por Jesús a sus discípulos, según la siguiente declaración de las Sagradas Escrituras:


51Marcos capítulo 16: versículo 15: "Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura."


51Mateo capítulo 28: versículo 20: "Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."


En este caso debo indicar, que muchos eruditos bíblicos alegan que estos pasajes citados no aparecen en los fragmentos existentes de los manuscritos más antiguos. Sin embargo, es innegable que el Señor envió a Pedro según 51Hechos capítulo 10: versículos 19 al 21, a predicarle a Cornelio y a los suyos. Envió también a Felipe, según 51Hechos capítulo 8: versículos 26 al 31 y 35, a enseñarle del evangelio al eunuco etíope. Y además de otros discípulos que realizaron esta actividad, el apóstol Pablo y Bernabé fueron enviados igualmente por el Espíritu Santo, según 51Hechos capítulo 13: versículos 1 al 4, a llevar el evangelio a los gentiles. Todo lo cual constituye una clara evidencia de que tal misión, formaba parte de los propósitos divinos. Tal como lo declara el apóstol Pablo, según 51Primera de Timoteo capítulo 2: versículos 3 y 4 donde dice que Dios nuestro Salvador quiere que todos los hombres sean salvos y que vengan al conocimiento de la verdad. Es por ello que en este capítulo tomaremos en consideración toda esa serie de enseñanzas, ya que las mismas constituyen un importante complemento de los requisitos intimados para la santidad, los cuales tienen su origen en los principios de la voluntad de Dios, expresados por la mayoría de los profetas, confirmado, además, por el mismo Jesús y por los apóstoles de la Iglesia sucesiva. De manera que una vez que la persona haya creído en Jesucristo y lo haya aceptado como su Salvador habiendo recibido el bautismo de agua y la unción del Espíritu Santo, además de haber sido instruido con el complemento de dichas enseñanzas, pasa automáticamente a formar parte de una nueva sociedad. La sociedad de los redimidos por Jesucristo, los cuales han sido iluminados por el glorioso evangelio de salvación. Por lo cual, iniciaremos nuestro estudio respectivo a las normas de conducta para el creyente, tomando en consideración en primer lugar, el tema de la santidad.

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