UN MEDIO DE REDENCIÓN NECESARIO

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UN MEDIO DE REDENCIÓN NECESARIO

Introducción al tema: No obstante a lo expuesto en temas anteriores, según las declaraciones de las Sagradas Escrituras acerca del llamamiento de Dios al pecador, al arrepentimiento del mal camino y el volverse a la senda del bien mediante la obediencia a sus santos mandamientos, es necesario decir que ello constituye solo un complemento de las demandas divinas para llevar a efecto el cumplimiento de la promesa de vida eterna. Pues aún nos queda por reflejar un requisito indispensable, sin lo cual el ser humano no podía alcanzar tan gloriosa promesa. Ya que el mismo, como dijera antes, ha heredado las consecuencias del pecado original, tal como lo confirma el pasaje bíblico de referencia:

51Romanos capítulo 5: versículo 12: "De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron."

Esta última expresión: "Pues que todos pecaron", debe interpretarse que en Adán todos pecaron. Por lo que llevan por intuición la depravación heredada, producto de lo cual el ser humano, antes de volverse al camino del bien, suele haber cometido muchos pecados. Y la Palabra de Dios declara que la paga del pecado es muerte. Veamos al respecto el pasaje siguiente:

51Romanos capítulo 6: versículo 23: "Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús [el Mesías Yeshúa] Señor nuestro."

Si bien puede ser relativamente fácil para el ser humano apartarse del mal camino y tomar el sendero del bien, cierto es también que el incumplimiento de los principios morales establecidos por Dios, para regir el comportamiento humano, es de una gravedad de tal magnitud, que no podía ser perdonado en forma total y definitiva si no se llevaba a efecto una redención de un nivel de mayor dignidad y de una perfecta efectividad; por lo que necesitábamos de un redentor que pagara con su vida por nuestros pecados. Tanto por la herencia pecaminosa transferida por la primera pareja, según lo consigna el pasaje de 51Romanos capítulo 5: versículo 12, como por los cometidos en el transcurso de nuestra vida. Para que así el género humano quedara libre de toda culpa y de la pena consignada y pudiéramos alcanzar la vida eterna.

¿Quién habría de ser entonces tal redentor, si entre los seres humanos ninguno podía ser escogido para llevar a cabo una misión semejante? Debe entenderse que todo el género humano era culpado de la pena máxima, y ningún culpable bajo tales circunstancias puede redimirse a sí mismo, ni puede tampoco redimir a otros. Cada uno debía morir por su propia culpa. Por lo tanto, era necesario que intermediara uno, inocente y libre de pecado, para que cargara con la culpa de todos y muriera en lugar de ellos.

Por lo cual, no habiendo otro que pudiera asumir con mayor eficiencia y dignidad tal responsabilidad, determinó Dios desde el principio enviar a su propio Hijo, el Mesías, a morir por toda la humanidad. Para que todo aquel que en Él creyere, no se pierda; mas tenga vida eterna, tal como dicen las Escrituras en 51Juan capítulo 3: versículo 16.

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UN MEDIO DE REDENCIÓN TEMPORAL

Este medio de expiación de los pecados, con todo el panorama ritual comprendido en él, es tratado en teología como la tipología de la redención del hombre por el Mesías, el Hijo de Dios. Mientras que llegara el tiempo propicio para que se llevara a efecto su manifestación, fue necesario proporcionar un medio para redimir los pecados de cada persona integrante de su pueblo escogido, para que así pudieran reconciliarse con su Creador y estar libres de culpa ante su divina presencia.

Esto se hacía mediante el sacrificio de un animalito determinado por Dios, según podremos apreciar en los pasajes bíblicos a considerar.

Esta práctica es conocida desde la existencia de los primeros hombres, pero se hizo más enfática a partir de la era patriarcal. Como ejemplo de ello, tenemos los sacrificios de Job por sus hijos. El relato de las Sagradas Escrituras describe cómo los hijos de Job hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos. Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. 51(Job capítulo 1: versículos 4 y 5).

Esta clase de sacrificios fue impuesta posteriormente por Dios a su pueblo escogido. Veamos las citas bíblicas siguientes:

51Levítico capítulo 6: versículos 1 al 4, 6 y 7: "Y habló Jehová [el Señor] a Moisés, diciendo: 2Cuando una persona pecare, e hiciere prevaricación contra Jehová, [el Señor] y negare a su prójimo lo encomendado, o dejado en su mano, o bien robare, o calumniare a su prójimo; 3O sea que hallando lo perdido, después lo negare, y jurare en falso, en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre: 4Entonces será que, puesto habrá pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o por el daño de la calumnia, o del depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló. 6Y por su expiación traerá a Jehová [al Señor] un carnero sin tacha de los rebaños, conforme a tu estimación, al sacerdote para expiación: 7Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, [del Señor] y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender."

Además de los sacrificios por la expiación de los pecados existían los de la expiación de la culpa. Según lo describe el relato en 51Levítico capítulo 7: versículos 1, 2 y 5 dice que, asimismo es la ley de la expiación de la culpa: es cosa muy santa. En el lugar donde degollaren el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre en derredor sobre el altar. Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar; ofrenda encendida a Jehová [al Señor]: es expiación de la culpa.

Veamos ahora el pasaje siguiente:

51Levítico capítulo 14: versículos 13 y 14: "Y degollará el cordero en el lugar donde degüellan la víctima por el pecado y el holocausto, en el lugar del santuario: porque como la víctima por el pecado, así también la víctima por la culpa es del sacerdote: es cosa muy sagrada. 14Y tomará el sacerdote la sangre de la víctima por la culpa, y pondrá el sacerdote sobre la ternilla de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho".

En estos pasajes se hace mención de dos clases de sacrificios: uno era por el pecado o prevaricación y otro por la culpa. Según el contexto del último pasaje citado, el sacrificio por la culpa se ofrecía principalmente cuando la persona se iba a purificar de alguna enfermedad que posiblemente le había sobrevenido como un castigo por causa de su pecado. De esta manera, cumplido ya el castigo, ofrecía su sacrificio y quedaba libre de toda culpa.

Aunque tanto el pecado como la culpa parezcan ser una misma cosa y confundirse entre sí, no obstante, las Escrituras hacen diferencia entre ellos. Por lo que se ha definido teológicamente que el pecado es la transgresión de la ley de Dios o de cualquier mandato divino. Mientras que la culpa consiste en la responsabilidad que se le atribuye al individuo como causante de un hecho determinado. Pero cuando es la persona misma la que se siente culpable, entonces esta se define como un sentimiento de responsabilidad que lleva el individuo por el hecho cometido.

Sin embargo, lo importante es que tanto el pecado como la culpa eran redimidos por los sacrificios de animales, evitando así que la persona tuviera que sufrir la pena o castigo.

Además de este rito, se practicaba otra forma que comprendía la remisión o perdón de los pecados de todo el pueblo en masa. Este consistía en la práctica de cinco actividades que observaremos en el relato de las citas bíblicas que tomaremos en consideración en el desarrollo de este estudio. Según la descripción, el sacerdote tenía que entrar en el santuario con un becerro por expiación, y un carnero en holocausto. Y de la congregación de los hijos de Israel tenía que tomar dos machos de cabrío para expiación, y un carnero para holocausto. Después debía tomar los dos machos cabríos, y presentarlos delante de Jehová [del Señor] a la puerta del tabernáculo del testimonio. Y echará suertes Aarón sobre los dos machos de cabrío, le especifica Dios a Moisés: Una suerte por Jehová [el Señor], y la otra suerte por Azazel. Y hará llegar Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová [el Señor], y ofrecerálo en expiación. Mas el macho cabrío, sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová [del Señor], para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto. Y hará llegar Aarón el becerro que era suyo para la expiación, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. Tomará luego de la sangre del becerro, y rociará con su dedo hacia la cubierta al lado oriental: hacia la cubierta esparcirá siete veces de aquella sangre con su dedo. Después degollará en expiación el macho cabrío, que era del pueblo, y meterá la sangre de él del velo adentro; y hará de su sangre como hizo de la sangre del becerro, y esparcirá sobre la cubierta y delante de la cubierta: Y limpiará el santuario, de las inmundicias de los hijos de Israel, y de sus rebeliones, y de todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo del testimonio, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias. Y cuando hubiere acabado de expiar el santuario, y el tabernáculo del testimonio, y el altar, hará llegar el macho cabrío vivo: Y pondrá Aarón ambas manos suyas sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada: y dejará ir el macho cabrío por el desierto. 51(Levítico capítulo 16: versículos 3, 5 y 7 al 11, 14 al 16 y 20 al 22).

El holocausto: 51Levítico capítulo 16: versículo 24: "Lavará luego su carne con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto y el holocausto del pueblo, y hará la reconciliación por sí y por el pueblo."

Las cinco actividades que se pueden apreciar en este rito son las siguientes:

1. La expiación por los pecados del pueblo mediante el sacrificio de un macho cabrío.

2. La confesión de los pecados del pueblo sobre la cabeza de un macho cabrío vivo para la reconciliación, o sea, para restablecer la amistad con Dios.

3. Se sacrificaba un carnero en holocausto para consumar la reconciliación de todo el pueblo con Dios.

4. El sacerdote que ejercía estas funciones rituales, tenía que ofrecer un becerro en expiación por sí mismo y por su familia, entre la cual se encontraban los demás funcionarios del sacerdocio. Así como ofrecer un carnero en holocausto por su propia reconciliación.

5. Además, el rito no consistía solamente en el sacrificio al fuego, sino también en el derramamiento y rociamiento de la sangre del animal, a través de la cual era purificado también, el lugar de adoración, especialmente el santuario y el tabernáculo del testimonio. Las Escrituras declaran que sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados.

Consideremos el pasaje siguiente:

51Hebreos capítulo 9: versículo 22: "Y casi todo es purificado según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión."

Esta actividad ritual por todo el pueblo en masa, se llevaba a cabo solo una vez al año. Al respecto veamos lo que dice el siguiente pasaje:

51Levítico capítulo 16: versículos 33 y 34 "Y expiará el santuario santo, y el tabernáculo del testimonio; expiará también el altar, y a los sacerdotes, y a todo el pueblo de la congregación. 34Y esto tendréis por estatuto perpetuo, para expiar a los hijos de Israel de todos sus pecados una vez en el año. Y Moisés lo hizo como Jehová [el Señor] le mandó."

La función de la sangre en estos sacrificios una vez al año, además de la purificación del lugar sagrado era también por los pecados de ignorancia del pueblo. El autor del libro: A los Hebreos, según 51Hebreos capítulo 9: versículos 2 al 7 hace una descripción del orden del tabernáculo, y concluye diciendo: Y estas cosas así ordenadas, en el primer tabernáculo siempre entraban los sacerdotes para hacer los oficios del culto; mas en el segundo, sólo el pontífice una vez en el año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo. Véase además, 51Levítico capítulo 5: versículos 17 al 19.

Es evidente, que la Biblia hace mención de varias clases de sacrificios, pero nuestro estudio se ha centrado en el sacrificio de animales, como un medio de redención temporal del pecado y de la culpa. Aunque es necesario aclarar, que ninguno de estos sacrificios redimía pecados como el adulterio, la fornicación, el homicidio y otros, por los cuales el culpable debía morir irremisiblemente Ver 51Hechos capítulo 13: versículo 39. Por eso dice la Escritura que tomaremos en consideración en el próximo tema: “Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.”

Tenga a bien apreciar un video de la réplica del antiguo tabernáculo donde se ofrecían los sacrificios de animales. Solo toque este enlace.

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