SEGUNDO ADVENIMIENTO DEL MESÍAS

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UNIDAD III 

CAPÍTULO 7

ACONTECIMIENTOS DEL FIN SEGUNDO ADVENIMIENTO DEL MESÍAS

Introducción al tema: El segundo advenimiento del Mesías a la tierra ha sido considerado como el evento de mayor prominencia que tendrá lugar en la inauguración del “Día del Señor.”

El Día del Señor es el acontecimiento de mayor relevancia relacionado con el estudio de la escatología. Que consiste en una parte de la teología y de la filosofía, que se ocupa de los últimos acontecimientos en la historia de nuestro mundo o el destino y finalidad de la raza humana, habitualmente denominado como el fin del mundo. Está relacionada con la expectación de los sucesos concernientes al Mesías. Este es uno de los tópicos de mayor renombre, no solo entre los predicadores actuales, sino también entre los profetas de la antigüedad. La finalidad de cuyas profecías, así como el de las demás enseñanzas morales de la Santa Biblia, va dirigido hacia ese día. Será el tiempo en que Dios habrá de poner fin a todas las cosas de este mundo para establecer un reino nuevo. Donde prevalezcan la santidad, el amor, la justicia y la felicidad para siempre.

En relación con algunas predicciones acerca de este gran día, veamos lo que nos dicen los pasajes bíblicos siguientes:

51Malaquías capítulo 4: versículos 1 al 3: "Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová [el Señor] de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama. 2Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salud: y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. 3Y hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día que yo hago, ha dicho Jehová [el Señor] de los ejércitos."

51Isaías capítulo 2: versículos 11, 12, 18 y 19: "La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová [el Señor] solo será ensalzado en aquel día. 12Porque día de Jehová [del Señor] de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo ensalzado; y será abatido: 18Y quitará totalmente los ídolos. 19Y meteránse en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa de Jehová [del Señor], y por el resplandor de su majestad, cuando se levantare él para herir la tierra."

Así también en el 51capítulo 13 versículos 9 al 13, el mismo profeta proclama: He aquí el día de Jehová [del Señor] viene, crudo, y de saña y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no derramarán su lumbre; y el sol se oscurecerá en naciendo, y la luna no echará su resplandor. Y visitaré la maldad sobre el mundo, y sobre los impíos su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ophir al hombre. Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová [del Señor] de los ejércitos, y en el día de la ira de su furor.

También Sofonías nos dice en su profecía, que el día grande de Jehová, [del Señor] está cercano y muy presuroso; y exclama con doloroso tono: voz amarga del día de Jehová [del Señor]; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, Día de trompeta y de algazara, sobre las ciudades fuertes, y sobre las altas torres. Y atribularé los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová [el Señor]: y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová [del Señor]; pues toda la tierra será consumida con fuego de su celo: porque ciertamente consumación apresurada hará con todos los moradores de la tierra. 51(Sofonías capítulo 1: versículos 14 al 18).

Veamos ahora la advertencia del apóstol Pedro:

51Segunda de Pedro capítulo 3: versículo 10: "Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas."

El término “día”, a través de todo el Antiguo Testamento, es traducido del 2hebreo “yom”, que significa: día, fecha, tiempo de vida, año. Cuando en el Nuevo Testamento se hace referencia a dicho evento, no podemos ignorar el trasfondo del concepto hebreo al respecto, aunque el término griego usado para ello sea carente de algunas de estas aplicaciones. Es por ello que se ha definido según estudios de la teología, que el Día de Jehová o Día del Señor se refiere a una determinada fecha, que ha de comprender un período de tiempo indefinido, en el cual se llevarán a efecto una serie de eventos que se han descrito en el orden siguiente:

a) eventos que le preceden.

b) eventos que lo inauguran.

c) eventos que intervienen en él.

d) eventos que lo clausuran.

Entre los eventos que le preceden, está comprendida la gran catástrofe astronómica predicha por nuestro Señor Yeshúa. Tal como lo podremos apreciar en el desarrollo del tema.

Entre los hechos de su inauguración, están relacionados el segundo advenimiento de nuestro Mesías a la tierra, la resurrección y ascensión de los fieles difuntos, seguida de la transformación y ascensión de los creyentes vivientes.

Entre los acontecimientos que intervienen en él está relacionado el milenio con todas las actividades que le conciernen.

Entre los episodios que lo clausuran están relacionados el juicio final y el acto en que el Mesías el Hijo, entregará el reino a Dios, el Padre y los salvados pasaremos a poseer definitivamente y para siempre el hogar de nuestra eterna morada.

SU ADVENIMIENTO

Este tema se describe generalmente en el Nuevo Testamento, bajo la concepción de la parusía, del 1griego “parusía”:  Estar presente, asistir. Aceptado también como venida o llegada, al hacer referencia al advenimiento glorioso del Mesías al final de los tiempos.

El segundo advenimiento del Mesías a la tierra es el evento de mayor expectativa comprendido entre los elementos de la fe en el Mesías, el cual, así como las profecías mesiánicas, habrá de tener su exacto cumplimiento, tal como se lo confirmaron los ángeles a sus discípulos en el preciso momento de su ascensión al cielo.

Al tratar acerca de este tema, no debiéramos pasar por alto el hecho de que, de acuerdo con lo que revelan las Santas Escrituras, la mayoría de los teólogos hacen alusión a la existencia de dos acontecimientos relacionados con su segunda venida. Mientras que otros lo percibimos como un solo suceso en dos fases inmediatas. El primer acontecimiento está relacionado con la ascensión de los fieles o levantamiento de la Iglesia. Mientras que el segundo se refiere al establecimiento del Reino Mesiánico.

Acerca del primer acontecimiento veamos lo que nos dicen los pasajes bíblicos siguientes:

51Primera de Tesalonicenses capítulo 4: versículos 16 al 18: "Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo [el Mesías] resucitarán primero: 17Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Por tanto, consolaos los unos a los otros en estas palabras."

Reflexionemos ahora en el relato de Lucas acerca del segundo advenimiento del Mesías: Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas: la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. 51(Lucas capítulo 17: versículos 34 al 36).

Esta última cita bíblica ha dado lugar a un concepto doctrinal acerca del levantamiento de la Iglesia, conocido como “el rapto”. Pero debido a la carencia de fundamento bíblico y al conocimiento de los orígenes de dicha doctrina, nosotros no lo trataremos bajo ese término, sino simplemente como la ascensión de los fieles. Entendemos que a eso sencillamente se refieren los pasajes citados. No precisamente a un secuestro oculto de la Iglesia. Las Escrituras declaran, según 51Mateo capítulo 24: versículos 30 y 31, que cuando Él venga en las nubes del cielo, será visto de todas las tribus de la tierra y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta para juntar a sus escogidos de los cuatro vientos de la Tierra. Y según 51Apocalipsis capítulo 1: versículo 7, dice que, todo ojo le verá. De manera que, si en dicho evento se han de poner de manifiesto tales características, entonces no se puede admitir la posibilidad de un rapto oculto de los fieles. Ese es el reflejo que con mayor claridad revelan nuestras versiones de la Biblia al español, y creemos que sus traductores tenían pleno conocimiento de cada uno de los conceptos doctrinales de la Iglesia. Por lo cual, no habrían dejado en el enigma, un detalle de tanta relevancia.

46La doctrina del “rapto” no la enseñó la Iglesia primitiva, ni la de los primeros siglos, tampoco la enseñaron los reformadores del siglo XVI. Esta fue concebida por los teólogos católicos romanos de la orden Jesuita: Francisco Ribera y Emanuel Lacunza. Fue creída y propagada por Edward Irving, John Nelson Darby, C. I. Scofield, D. L. Moody y finalmente por las Asambleas de Dios y los pentecostales en general. No fue, sino hasta mediados de los 1800 que hubiese un grupo significativo de creyentes alrededor del mundo esperando el ‘rapto’ de la iglesia previo a un período de siete años de tribulación.

El segundo acontecimiento, como dijera antes, está relacionado con el tema acerca del Mesías reinante, según 51Zacarías capítulo 14: versículos 3, 4, 5 y 11:

"Después saldrá Jehová, [el Señor] y peleará con aquellas gentes, como peleó el día de la batalla. 4Y afirmaránse sus pies en aquel día sobre el monte de las Olivas, que está en frente de Jerusalem a la parte de oriente: y el monte de las Olivas, se partirá por medio de sí hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un muy grande valle; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el mediodía. 5Y huiréis al valle de los montes; porque el valle de los montes llegará hasta Hasal; y huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzzías, rey de Judá: y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos. 11Y morarán en ella, y nunca más será anatema: sino que será Jerusalem habitada confíadamente."

Este pasaje, según la exégesis más conocida, se refiere al Hijo de Dios, el Mesías, el cual reinará literalmente desde Jerusalem, sobre todas las naciones, y las regirá con vara de hierro. En este período de tiempo los fieles también estaremos reinando con Él, según su propia promesa expresada en 51Apocalipsis capítulo 2: versículos 26 y 27, donde dice:

"Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes; 27Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre:"

A partir de la evidencia de estos dos sucesos relacionados con su segunda venida, de acuerdo con los pasajes citados según 51Mateo capítulo 24: versículos 30 y 31; 51Zacarías capítulo 14: versículos 3, 4, 5 y 11, los exponentes del concepto del rapto, basados en diferentes profecías han especulado la existencia de un período de tiempo intermedio, entre la ascensión de los fieles y el segundo suceso. Atribuido por la mayoría de los teólogos al inicio de la instauración del Reino milenial del Mesías en la tierra. Mientras que aquellos que lo vemos como un solo acontecimiento en dos fases consecutivas creemos, según los pasajes citados, que cuando Él venga en las nubes será visto de todas las tribus de la tierra, y que todo ojo le verá. Por lo cual, desde el Monte de las Olivas también le estarán viendo mientras que sus escogidos asciendan a encontrarse con Él en las nubes. Es lógico asumir, que acto seguido descienda con sus santos millares de nuevos integrantes de su Reino, asentando sus pies sobre el Monte de las Olivas para venir a ejercer su justicia divina y poner a todos sus enemigos debajo de sus pies.

En 51Primera de Tesalonicenses capítulo 4: versículo 17, dice que recibiremos al Señor en el aire y que así estaremos siempre con el Señor. Es importante entender que no se trata de que vayamos a estar siempre en el aire con el Señor. Cuando lo que quiere decir en realidad es que habiendo ocurrido los hechos tal como se narran, a partir de ese momento estaremos para siempre con el Señor. No precisamente en el aire, sino donde Él decida llevarnos, donde quiera que esté establecido su Reino glorioso.

El segundo advenimiento del Mesías constituye una promesa suya para su Iglesia. Al respecto consideremos el siguiente pasaje de las Escrituras:

51Juan capítulo 14: versículos 2 y 3: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis."

Este será un acontecimiento de tal magnitud, que tomará desprevenida a una gran parte de la humanidad, pero no por falta de la debida advertencia, sino por su desacato al evangelio de Yeshúa el Mesías y su obstinación a una vida de pecado.

Los diferentes fenómenos naturales, sociales y políticos de la actualidad, predichos por nuestro Mesías como señales que precederían a su segunda venida, nos hablan en nuestro tiempo en un lenguaje muy claro, señalándonos que tal acontecimiento está a las puertas. Es por ello que no quiero tratar acerca de este tema, sin antes hacer referencia a las citas bíblicas que contienen estas predicciones de nuestro Señor, en las cuales se hace énfasis en la gran catástrofe astronómica, como el suceso natural culminante de estas señales escatológicas. Según su declaración profética en relación con los tiempos próximos a su venida, tal como lo describe Mateo en su relato según 51Mateo capítulo 24: versículos 4 al 8, 11 al 14 y 29 al 31, nuestro Señor Yeshúa, les advirtió a sus discípulos: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo [el Mesías]; y a muchos engañarán. Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis; porque es menester que todo esto acontezca; mas aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. Y todas estas cosas, principios de dolores. Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos. Y les dijo que, por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará. Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio a todos los gentiles; y entonces vendrá el fin. Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas. Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo, y lamentarán todas las tribus de la tierra; y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro. Luego de esto, confirmó el Señor todas estas profecías diciendo: El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. Empero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo. 51(Mateo capítulo 24: versículos 35 y 36).

Si tenemos en cuenta algunos de los fenómenos naturales más recientes, encontraremos lo nunca antes visto. Los siguientes son solo algunos de los datos recopilados: 42un tsunami en Tailandia en 2004 dejó una cifra de 230, 000 muertos; otro tsunami en Japón, en 2011 dejó 15, 845 muertos; en el terremoto de Haití, en 2010 hubo 220, 000 muertos; el huracán Katrina en los Estados Unidos de América, en 2005 dejó 1, 836 muertos. Evidentemente, varios fenómenos catastróficos más, que han agravado esta situación para la humanidad han sido publicados después de estos. Y ¿qué decir de las pestilencias o enfermedades contagiosas como 52la gripe española (influenza virus A subtipo H1N1); 1918-1919 la que dejó un récord calculado, de 50 a 100 millones de víctimas? Además, otras epidemias recientes como el VIH-SIDA: según 53ONUSIDA, esta epidemia ha alcanzado una cifra de alrededor de 39 millones de muertes hasta la actualidad. De igual manera, el Corona Virus y otras tantas, han alcanzado una alarmante cifra de millones de muertos.

El cumplimiento de lo predicho por el Mesías en estos pasajes se hace evidente, además, en los constantes conflictos bélicos de la actualidad, la intensificación del terrorismo, la violencia y la extorsión en gran parte del mundo. Por otro lado, la corrupción moral en nuestros días ha llegado a un nivel tan degradante como en los tiempos de Sodoma y Gomorra, tal como lo predijera el Hijo de Dios, aun después de que su evangelio y la enseñanza de su santa doctrina se haya predicado en todo el mundo. Por lo cual, a diferencia de su primera manifestación y participación entre los hombres, nuestro Mesías, en su segundo advenimiento, no ha de aparecer ya como aquel Yeshúa manso y sufriente, quien fue víctima del escarnio, la burla y el menosprecio. Según la declaración de su Santa Palabra, su segundo advenimiento será con poder y gran gloria para juzgar a cada uno según hayan sido sus obras. Consideremos lo que dicen los pasajes siguientes:

51Marcos capítulo 8: versículo 38: "Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adulterina y pecadora, el Hijo del hombre se avergonzará también de él, cuando vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles."

51Mateo capítulo 16: versículo 27: "Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras."

En la descripción de su revelación apocalíptica, el apóstol Juan declara diciendo: Y miré cuando él abrió el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento. Y el cielo se apartó como un libro que es envuelto; y todo monte y las islas fueron movidas de sus lugares. Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes, y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero: Porque el gran día de su ira es venido; ¿y quién podrá estar firme? 51(Apocalipsis capítulo 6: versículos 12 al 17).

Aunque para los pecadores impenitentes, la segunda venida del Mesías ha de resultar sobremanera terrible, según lo demuestra el último de estos pasajes bíblicos, es evidente también, según lo declara su Santa Palabra, que para los creyentes fieles en el Mesías será un día de júbilo, de gran alegría y felicidad. Por cuanto hemos de experimentar el gozo perfecto y eterno que nos proporcionará el Señor por haber creído en Él, por haberlo aceptado como nuestro Salvador y por habernos mantenido fieles a los principios de su santa y divina voluntad. Para escuchar una bella alabanza alusiva a su advenimiento solo toque este enlace.

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