LA PRÁCTICA DE LA ORACIÓN
LA PRÁCTICA DE LA ORACIÓN
Uno de los maravillosos propósitos reflejado también en las Sagradas Escrituras, consiste en proporcionarnos una enseñanza clara y bien definida acerca de cómo establecer una comunicación legítima con Dios a través de la oración. La oración en términos teológicos es una plegaria, un clamor, un ruego a Dios. Es sostener una conversación con Dios, que generalmente suele ser en forma de súplica. Ella es el medio principal que el ser humano tiene para comunicarse con su Creador. Es una de las armas más poderosas que el cristiano puede usar con mayor efectividad. Es la llave que puede abrir todas las puertas dentro del marco de la justicia y la santidad.
La experiencia nos dice que, para los seres humanos, cada dificultad que se presenta en nuestros planes o proyectos es como una puerta que se nos cierra. ¿Sabe usted cómo abrirla? Haga un uso legítimo de la oración. Una llave equivocada no podrá abrir esa puerta que usted desea, así tampoco el uso equivocado de la oración podrá tener efectividad. Sin embargo, esta pudiera tener resultados positivos al seguir las instrucciones expuestas en este estudio.
Dios dice en su Santa Palabra: "Clama a mí y yo te responderé". Veamos Al respecto el siguiente pasaje de las Escrituras:
51Jeremías capítulo 33: versículo 3:3Clama a mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y dificultosas que tú no sabes."
Dios escucha la oración de sus hijos: Consideremos las citas bíblicas siguientes:
51Primera de Reyes capítulo 9: versículos 2 y 3: " Jehová [el Señor] apareció a Salomón la segunda vez, como le había aparecido en Gabaón. 3Y díjole Jehová [el Señor]: Yo he oído tu oración y tu ruego, que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días."
51Hechos capítulo 10: versículos 1 al 4: "Y había un varón en Cesarea llamado Cornelio, centurión de la compañía que se llamaba la Italiana, 2Pío y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. 3Este vió en visión manifiestamente, como a la hora nona del día, que un ángel de Dios entraba a él, y le decía: Cornelio; 4Y él, puestos en él los ojos, espantado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y díjole: Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria a la presencia de Dios."
Estos dos pasajes citados son solamente un ejemplo de muchos otros, los cuales prueban que Dios contesta la oración de sus hijos.
Yeshúa nuestro Mesías la practicó y la recomendó: 51Mateo capítulo 26: versículos 39 al 41: "Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando, y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso; empero no como yo quiero, sino como tú. 40Y vino a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así no habéis podido velar conmigo una hora? 41Velad y orad, para que no entréis en tentación: el espíritu a la verdad está presto, mas la carne enferma."
La oración secreta: Nuestro Señor Yeshúa recomendó enfáticamente la oración secreta. Al respecto consideremos lo que nos dice el pasaje siguiente:
51Mateo capítulo 6: versículo 6: "Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público."
Una promesa para el que ora: Nuestro Señor Yeshúa dijo a sus discípulos: "Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis." 51(Mateo capítulo 21: versículo 22).
También en 51Juan capítulo 14: versículos 13 y 14 nuestro Señor dijo que todo lo que pidiéramos al Padre en su nombre, Él lo haría, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, dijo, yo lo haré.
La oración consuela a los afligidos, sana a los enfermos y por medio de ella se obtiene de Dios el perdón de los pecados. Consideremos al respecto el siguiente pasaje de las Escrituras:
51Santiago capítulo 5: versículos 14 y 15: "¿Está alguno enfermo entre vosotros? llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados."
ALGUNOS REQUISITOS DE LA ORACIÓN
El arrepentimiento de los pecados: 51Juan capítulo 9: versículo 31: "Y sabemos que Dios no oye a los pecadores: mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a éste oye."
Una persona temerosa de Dios y dispuesta a hacer su voluntad admite, lógicamente, el calificativo de un pecador arrepentido.
Perdonar al ofensor: Nuestro Señor Yeshúa se expresó con perfecta claridad acerca de este requisito de la oración. Consideremos el siguiente pasaje de las Sagradas Escrituras:
51Marcos capítulo 11: versículos 25 y 26: "Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también a vosotros vuestras ofensas. 26Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas."
Debido a esta exigencia divina el mismo Señor al dejarnos la oración modelo conocida como el "Padre Nuestro" nos compromete a perdonar a nuestros ofensores, así lo expresa el pasaje siguiente:
51Mateo capítulo 6: versículos 9 al 12: "Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11Danos hoy nuestro pan cotidiano. 12Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores."
Pedir de acuerdo con la voluntad de Dios: 51Santiago capítulo 4: versículo 3: "Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites."
Pedir con fe: 51Santiago capítulo 1: versículos 5 al 7: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela de Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere, y le será dada. 6Pero pida con fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante a la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte a otra. 7No piense pues tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor."
Pedirle a Dios con insistencia: Nuestro Señor Yeshúa les refirió una parábola a sus discípulos acerca de la oración, diciendo que era necesario orar siempre, y no desmayar. Expuso que había un juez en una ciudad, el cual ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Y había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Pero él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, todavía, porque esta viuda me es molesta le haré justicia, porque al fin no venga y me muela. Y dijo: Oíd lo que dice el juez injusto. ¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche, aunque sea longánime acerca de ello? Os digo que los defenderá presto... 51(Lucas capítulo 18: versículos 1 al 8).
La mujer debe cubrirse la cabeza para orar: Este último requisito de la oración lo estudiaremos detalladamente en el tema que he titulado: Atavío de la mujer piadosa.
Para un mayor conocimiento acerca de la gran importancia de la oración para el creyente, recomiendo la lectura bíblica consecutiva y la práctica de la comunicación con Dios en la vida diaria.
Escuche a Manuel Bonilla con una bella alabanza alusiva al tema de la oración. Solo toque este enlace.