LECCIÓN NÚMERO 37
LECCIÓN NÚMERO 37 CUARTO MANDAMIENTO
Resulta algo muy curioso e interesante el hecho de que según el orden cronológico del sagrado relato, este mandamiento aparece precediendo la promulgación del Decálogo Divino. Veamos lo que dice el pasaje siguiente:
51Éxodo capítulo 16: versículo 23: "Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo sábado, el reposo de Jehová: lo que hubiereis de cocer, cocedlo hoy, y lo que hubiereis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana."
54Este señalamiento de Dios para su pueblo le fue indicado a Moisés durante el éxodo en su marcha hacia Canaán, antes de que ellos llegaran al monte Sinaí. Allí les fueron revelados los Diez Mandamientos en la promulgación del Decálogo, ocupando este el cuarto lugar. En esta segunda ocasión, sin embargo, el mandamiento está expuesto en forma más expresiva y específica. Tomemos en consideración el siguiente pasaje:
51Éxodo capítulo 2: versículos 8 al 11: "Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: 9Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: 11Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó."
En esta cita, es la primera frase la que despierta nuestra atención, al considerar como dice la Escritura: "Acordarte has del día del reposo". Tal parece que este recordatorio se refiere a la orden anterior, dada en el desierto, pero además de ello, esta expresión nos lleva a una reflexión en relación con el relato de 51Génesis capítulo 2: versículos 2 y 3, donde se refiere a la conclusión del acto creativo de Dios diciendo:
"Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de su obra que había hecho. 3Y bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho."
Una comparación de estos tres pasajes bíblicos nos lleva a la conclusión de que este mandamiento era conocido por la humanidad desde el principio, pero que ya los hombres habían perdido la noción de él.
Tal como lo expresa nuestro 11distinguido escritor de referencia, es notable que el sábado diferencia al verdadero Dios de todos los falsos dioses, al señalarlo como Creador de todas las cosas. Por lo que no basta observar cualquier día, continúa diciendo nuestro Escritor, sino el día que Dios ordenó recordar y santificar. El mismo que Él bendijo y santificó, que no es otro sino el séptimo día de la semana, reconocido desde la antigüedad como el día del sábado.
Para que podamos comprender mejor las exaltadas razones que justifican la observancia de este día, debemos considerar que la obra de la creación del universo incluye el origen de la vida y de todas las maravillas naturales que la engalanan, por lo que debe constituir para los seres humanos la mayor evidencia de la grandeza, la omnisciencia, el poder y la bondad de Dios. No existen palabras con las que podamos expresar toda la nobleza y la gloria comprendidas en su creación. La ciencia humana, para su estudio, ha dividido la misma en tres grandes reinos: el reino animal, el vegetal y el mineral.
Millones y millones de ejemplares de la literatura nos hablan con plena certeza de las maravillas y la grandeza de cada uno de estos reinos, sin haber logrado revelar aún todos los valores que ellos encierran. Cada vez más el hombre logra nuevos descubrimientos científicos que arrojan a la luz un mayor grado de gloria en las maravillosas creaciones del Dios omnisapiente.
La mayor satisfacción que el ser humano pueda experimentar al considerar estas cosas, es saber que todas las hizo Dios para que nosotros disfrutemos de ellas y para que las mismas contribuyan de manera especial a nuestra felicidad.
Ahora bien, ¿habrá de tenerse en tan poca estima lo más excelso, admirable y bello que el hombre pueda apreciar con sus cinco sentidos? ¿No debería ser recordada periódicamente la actividad tan maravillosa del Supremo Creador, en la cual está incluida la causa de la existencia de la vida y su constante reproducción y conservación?
"Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios". Así dice el Todopoderoso. Este es pues, precisamente el día que Dios ha elegido para que lo descansemos en memoria de su reposo después de haber terminado la portentosa obra de la creación del universo. Este es el día para recordar y meditar en la admirable obra del Divino Creador. Es el día elegido para que reposemos de nuestros trabajos y le tributemos la honra y la gloria que solo Él merece, pues así dice su Santa Palabra:
51Isaías capítulo 58: versículos 13 y 14: "Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras: 14Entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredadde Jacob tu padre: porque la boca de Jehová lo ha hablado."
Este pasaje de las Sagradas Escrituras nos enseña que el sábado debe ser observado celosamente, con todo el reconocimiento que merecen el amor y la obediencia a nuestro Creador.
Consideremos algunas de las demandas de Dios a su pueblo, en cuanto al reposo del día del sábado. Según la referencia citada en 51Éxodo capítulo 20: versículos 8 al 11, con respecto a este mandamiento, se prohíbe realizar obra alguna, no solamente al padre de la familia y a sus hijos, sino también a los trabajadores que este pueda tener en su casa, su negocio o su hacienda. Aun su animal de trabajo debe reposar en ese día, también “tu extranjero que está dentro de tus puertas”. Aunque este último señalamiento hace alusión a los extranjeros que vivan entre los hijos de Israel, el mismo es aplicable también a cualquier huésped que tengamos en nuestro hogar, ya sea familiar, amigo o cualquier otra persona. No se le debe permitir realizar obra alguna dentro de los límites de nuestra propiedad. De otra manera seremos nosotros los responsables ante Dios por tal violación del divino mandamiento.
Tomemos en cuenta, además, lo que dicen las Escrituras en el siguiente pasaje:
51Éxodo capítulo 35: versículo 3: "No encenderéis fuego en todas vuestras moradas en el día del sábado."
Esta prohibición está en estrecha relación con la cita de 51Éxodo capítulo 16: versículo 23, donde dice:
"Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo sábado, el reposo de Jehová: lo que hubiereis de cocer, cocedlo hoy, y lo que hubiereis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana".
Otro detalle que se refleja en el sagrado relato con relación a la observancia del sábado, es la prohibición de la compraventa y la mercadería, tal como lo confirma la descripción de Nehemías en 51Nehemías capítulo 13: versículos 15 al 18, donde dice que, en aquellos días vio en Judá algunos que pisaban en lagares el sábado, y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos, y toda suerte de carga, y traían a Jerusalem en día de sábado; y les protesté acerca del día que vendían el mantenimiento. También estaban en ella tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en sábado a los hijos de Judá en Jerusalem. Y reprendí a los señores de Judá, y díjeles: ¿Qué mala cosa es ésta que vosotros hacéis, profanando así el día del sábado? ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios sobre nosotros todo este mal, y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el sábado?
Toda persona que guarde este mandamiento de Dios debe tener muy presente todos estos aspectos relacionados con el día del reposo, para que pueda observarlo íntegramente.
Concerniente a la vigencia de esta prescripción divina para los creyentes en Cristo, véase el tema titulado: El reposo del sábado, ¿un mandamiento vigente?