PRÓLOGO

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PRÓLOGO

Más que inspiración, ha sido para mí el sentir de una gran necesidad escribir este importante tratado. Va dirigido con mi mayor expresión de amor y respeto a esa gran mayoría de mis hermanos cristianos de diferentes Iglesias o denominaciones, que no entienden la razón por la cual algunos cristianos observamos ciertas reglas y mandamientos que pertenecen al Antiguo Pacto de Dios con el hombre, el cual consideran abolido, y asumen que nada tiene que ver con el Nuevo Pacto que es el único que se mantiene vigente.

Lo cierto es, que después de mucho estudiar y analizar cada detalle, he logrado abordar una enseñanza nunca antes encontrada en ningún tratado doctrinal, por el aporte que nos proporciona del contexto histórico y cultural de la época. Cuyos efectos neutralizan la mayor rivalidad entre creyentes cristianos. La misma podrá ser apreciada por el lector al llegar a la conclusión del tema: Leyes y mandamientos. Datos que podrán ser de mucha validez para los estudiantes bíblicos de cualquier denominación cristiana. 

No obstante, con el objetivo de ser mejor entendido por el lector acerca del tema, he querido exponer nuestro punto de vista o nuestro concepto, tanto acerca del Antiguo Pacto, como del Nuevo. O sea, describir detalladamente con fundamento bíblico, en qué consistía el Antiguo Pacto y en qué consiste el Nuevo y obtener así una conclusión bien definida acerca de cuáles leyes o reglamentos fueron abolidos y cuáles permanecen vigentes. Porque cuando un pacto, testamento o acuerdo es cambiado por otro, no siempre se eliminan todos los componentes del mismo; sino que, en muchos casos, aunque con alguna variante, algunos de estos pasan a formar parte del nuevo acuerdo.

Por lo cual, para poder decidir si un determinado aspecto comprendido en el Antiguo Pacto tiene vigencia o no en el Nuevo Pacto, es necesario que se haga alusión al mismo en forma clara y determinante en las Escrituras del Nuevo Testamento o en auténticos datos históricos comprendidos preferentemente en el período de la Iglesia primitiva.

La promesa divina a la que me refiero como complemento del título de esta obra, consiste obviamente en la promesa de vida eterna comprendida tanto en el Antiguo Pacto como en el Nuevo.

No obstante, es importante resaltar que a través de los diferente pasajes bíblicos a considerar, se refleja con toda claridad, que dicha promesa está condicionada al cumplimiento de “una exigencia divina”, que consiste en una constante demanda de la santidad, porque todas las leyes y reglamentos dados por Dios a sus hijos, en relación con la conducta del individuo, van enfocados hacia un solo objetivo: que el ser humano viva en santidad, como dicen las Escrituras en 51Primera de Pedro capítulo 1: versículo 16. En esto consiste el resumen del legado divino. Por lo cual, nuestro único y más noble propósito, es el de hacer todo aquello que entendamos necesario para cumplir con esta exigencia divina, porque creemos en lo que dicen las Escrituras, según 51Hebreos capítulo 12: versículo 14, que sin santidad nadie verá al Señor.

Ahora bien, al exponer este análisis teológico, lo hago simplemente con el objetivo de que la razón de nuestro punto de vista sea bien conocida, pero al hacerlo no pretendo de ninguna manera imponer nuestros propios conceptos, sino que lo hago con un carácter imparcial, de acuerdo con los principios exigidos por la ética profesional, en el estudio de la Santa Biblia.

Como un complemento de mayor comodidad para el lector, he copiado textualmente los pasajes bíblicos comprendidos en cada tema, precedidos de sus correspondientes referencias.

No obstante, debido al alto volumen del contenido bíblico, varios pasajes he tenido que exponerlos con mis propias palabras para no violar los reglamentos editoriales, pero el sentido del texto se mantiene fiel, y la referencia bíblica está claramente señalada para que se pueda verificar. Obviamente, debido a esta característica, en la mayoría de los casos he iniciado los pasajes con una breve introducción. Además, en ocasiones el lector puede encontrarse con una palabra o frase complementaria de mi propia iniciativa adicionada al texto, por ejemplo: dijo, continuó diciendo, expuso, etc. Si desea verificar los pasajes expuestos, solo toque la reseña numérica (51) que precede a cada una de las referencias bíblicas. El vínculo integrado lo lleva al Sitio Web, y usted busca por sí mismo las citas.

Salvo otra indicación, los pasajes extraídos de la Santa Biblia han sido tomados de la 51Antigua Versión Reina-Valera 1909, online, clasificada como dominio público.

En algunos de los temas presentados, se sugiere ver el contexto de un determinado pasaje bíblico, que por cuestión de estética de redacción no se refleja directamente en el texto. Para ello tenga a la mano una Biblia de la versión de referencia. Si lo prefiere puede acceder a la versión online correspondiente, solo con tocar el enlace reflejado en color azul. El vínculo lo lleva al capítulo indicado y usted busca por sí mismo el versículo señalado.

Debido a que algunos versículos bíblicos enfocan dos concepciones diferentes, en algunos casos aparecen versículos seguidos o precedidos de tres puntos suspensivos, lo que indica que solo se ha tomado una parte del mismo de acuerdo al asunto correspondiente.

He subrayado en el texto bíblico las palabras en relación con el tema, para que se hagan más resaltantes.

He usado, además, diferentes modelos de letras para distinguir mejor los pasajes bíblicos del texto del autor y de las citas de otros autores, incluyendo algunas inserciones del texto griego y del hebreo.

Para conocimiento de aquellos que dominan la escritura hebrea, he tenido el mayor cuidado posible de que las palabras claves en los temas relacionados con estas inserciones lleven sus correspondientes signos vocálicos, aunque algunas de las otras pudieran carecer de cualquiera de ellos.

Cuando se trata de una sola palabra, ya sea en hebreo o griego, debido a que, en este caso no se reflejan los caracteres originales como tal, solo escribo su significado en español, otras veces su pronunciación más aproximada o simplemente su transliteración, siempre entre comillas para su mejor distinción.


Para ciertos datos históricos y otros, he creado un APÉNDICE al final de los temas que así lo requieren.

Incluyendo el texto bíblico, para señalar las diferentes fuentes literarias citadas con su bibliografía correspondiente, he usado reseñas numéricas al inicio de cada cita. A través de cada indicación numérica, usted puede localizar sus titulares en la página del listado de la bibliografía al final del libro, y acceder a los diferentes Sitios Web relacionados que se mantengan vigentes. Para ello solo toque el enlace correspondiente. Con referencia a los videos que ofrecen evidencias históricas, gramaticales y otras, en relación con los temas tratados, entiendo que solo los lectores realmente interesados en ellos se tomarán el tiempo necesario para verlos y obtener la documentación de su interés, a pesar de posibles interferencias de anuncios que se pueden saltar después de cinco segundos. En el caso del texto del Nuevo Testamento Griego, y del hebreo del Antiguo Testamento, las reseñas numéricas se reflejan entre paréntesis, solo cuando van adheridas al texto del versículo. 


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