EL CREYENTE EN YESHÚA Y LOS VICIOS

<< I >>

EL CREYENTE EN YESHÚA Y LOS VICIOS

Al tratar acerca de un tema como este, no lo hago de ninguna manera con la pretensión de juzgar a las personas implicadas en los vicios, pues el propósito de la doctrina del Mesías no es el de juzgar a las almas, sino el de mostrarles el camino de la salvación y la vida eterna. Mi noble propósito es más bien, que nuestros lectores conozcan las razones por las que los cristianos debemos de tratar por todos los medios posibles mantenernos apartados de los vicios.

Aunque la Biblia no abunda en menciones específicas acerca de los vicios, no obstante, es evidente que estos constituyen un mal hábito, que no es más que el producto de la depravación heredada y de una conducta reprobada por la Palabra de Dios. Consideremos los pasajes siguientes:

51Salmos 10: versículos 4 y 5: "El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios: No hay Dios en todos sus pensamientos. 5Sus caminos son viciosos en todo tiempo: Tus juicios los tiene muy lejos de su vista"...

51Proverbios capítulo 2: versículos 11 al 15: "El consejo te guardará, Te preservará la inteligencia: 12Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades; 13Que dejan las veredas derechas, Por andar en caminos tenebrosos; 14Que se alegran haciendo mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio; 15Cuyas verdades son torcidas, Y torcidos sus caminos."

51Efesios capítulo 4: versículos 21 y 22: "Si empero lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, como la verdad está en Jesús [Yeshúa], 22A que dejéis, cuanto a la pasada manera de vivir, el viejo hombre que está viciado conforme a los deseos de error."

Es indudable que los vicios han sido un mal creciente para la humanidad, a través de toda su historia.

Los hombres sin el verdadero conocimiento de Dios, de la fe y la esperanza de vida eterna, recurren a los míseros placeres que les ofrecen los vicios, tratando inútilmente de encontrar en ellos la felicidad.

El alcohol, el tabaco y las drogas están relacionados entre los peores enemigos extrínsecos del hombre, que le ocasionan grandes perjuicios, tanto en el orden físico y económico como en el aspecto moral.

Por lo general, se conoce de muchas personas que, dadas al vicio del alcohol, invierten la mayor parte de su sueldo o ganancias en comprar bebidas, mientras que su familia pasa hambre y necesidad.

Hemos tenido la triste experiencia de ver niños harapientos o simplemente que no tienen un vestido o calzado decente para ponerse o un juguete para entretenerse, mientras que su padre se lo gasta todo en la cantina.

Desdichadamente, a veces sucede que no solo el padre, sino también la madre, ha sido presa de las horrendas garras del vicio, trayendo como consecuencia situaciones aún más trágicas para el hogar.

En cuanto al orden moral, sabemos que el vicio del alcohol o a veces el simple uso eventual en forma abusiva de esta sustancia tan dañina, lleva a las personas a convertirse en objeto de la expectación y la burla. Mientras que otras son afectadas por desórdenes morales más graves aún, como el adulterio, la fornicación y en ocasiones hasta el hurto, para poder suplir las exigencias económicas del vicio. Y en muchos de los casos se generan pleitos, enemistades y hasta homicidios.

El consumo excesivo del alcohol puede causar, además, graves problemas al organismo humano, hasta llevarlo a la enfermedad y a veces hasta la muerte. Pero además de esto, según los datos aportados por las agencias de noticias internacionales de la actualidad, son alarmantes los casos de accidentes automovilísticos causados por personas negligentes conduciendo en estado de embriaguez.

No obstante, lo más grave del caso desde el punto de vista de nuestra fe el Mesías, es que las Sagradas Escrituras declaran una triste esperanza para los borrachos. Al respecto consideremos lo que nos dice el pasaje siguiente:

51Primera de Corintios capítulo 6: versículos 9 y 10: "¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios."

Además de este pasaje bíblico existen otros, en los cuales se deja ver que la relación con este vicio es una conducta fuertemente reprobada por Dios. Veamos al respecto lo que nos dicen los pasajes siguientes:

51Proverbios capítulo 20: versículos 1: "El vino es escarnecedor, la cerveza alborotadora; Y cualquiera que por ello errare, no será sabio."

51Isaías capítulo 5: versículo 11: "¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!"

En 51Romanos capítulo 13: versículos 13 y 14 el apóstol Pablo nos sugiere que andemos como de día, honestamente: no en glotonerías y borracheras, no en lechos y disoluciones, no en pendencias y envidia: Mas vestíos del Señor Jesucristo [Yeshúa el Mesías], y no hagáis caso de la carne en sus deseos.

A la iglesia de los gálatas les dice según 51Gálatas capítulo 5: versículos 19 al 21, que las obras de la carne, son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes a estas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.

El tabaco es igualmente una sustancia adictiva. Es lamentable ver a personas dominadas por este vicio, que prefieren gastar el único recurso económico que tienen a la mano en dicho producto, aunque no puedan comprar alimentos para ellos o para sus hijos. El vicio los domina en extremo, se convierte en su consumo de preferencia.

Hemos visto a muchas personas que, en su juicio cabal, bajo la influencia del vicio del tabaco, viven pidiéndole a los demás, como unos pobres mendigos; mientras que a otros los hemos visto metidos en los depósitos de la basura, frente a una fábrica de cigarros, recogiendo los rastrojos o disimuladamente recogiendo colillas del suelo por no robar, como hacen algunos jóvenes y adultos cuando comienzan a ser dominados por el vicio miserable y no tienen recursos para satisfacerlo.

Esta adicción es, además, gravemente perjudicial a la salud, y puede producir no solo enfermedades sino aun ocasionar la muerte.

Ahora bien, ¿cuánto pudiéramos decir de las drogas terribles que tienen embargados en el caos y la desgracia a miles y miles de personas de todas las edades?

Aunque otros males pudiera enumerar como causa de los vicios, siempre nos encontraremos con personas que justifican su pobre e inadecuada conducta, y manifiestan que ninguna de estas consecuencias los ha afectado a ellos. No obstante, aunque fuera cierto, estas personas han servido de ejemplo para que otros se hayan sometido a los vicios y hayan sido alcanzados por tales efectos. Lo cual constituye una razón más para que el creyente fiel se mantenga apartado de los vicios. Vea un importante video alusivo al tema. Solo toque este enlace.

<< I >>