CREACIÓN DEL UNIVERSO
CREACIÓN DEL UNIVERSO
Este tema es tomado en consideración en los estudios teológicos en relación con la cosmología. La creación del universo representa el acto magno de las actividades creativas de Dios. En ella aparece el ser humano como la criatura principal. Veamos los siguientes detalles de las Escrituras:
51Génesis capítulo 1: versículos 1, 3 y 6: "En el principio crió Dios los cielos y la tierra. 3Y dijo Dios: Sea la luz: y fue la luz. 6Y dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas".
51Génesis capítulo 1: versículos 7, 9 y 11: "E hizo Dios la expansión, y apartó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión: y fue así. 9Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca: y fue así. 11Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su simiente esté en él, sobre la tierra: y fue así."
Además, según la continuidad del relato bíblico, dijo Dios: Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años; y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra: y fue así. Y dijo Dios: Produzcan las aguas, reptil de ánima viviente y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y crió Dios las grandes ballenas, y toda cosa viva que se anda arrastrando, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie, y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie: y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se anda arrastrando sobre la tierra según su especie, y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que se anda arrastrando sobre la tierra. Y crió Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió. Así concluye el relato de los seis días de la creación diciendo: Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. 51(Génesis capítulo 1: versículos 14, 15, 20, 21, 24 al 27 y 31).
La declaración de estos pasajes de las Sagradas Escrituras las convierte en la fuente suprema de la revelación divina, que pone al descubierto el gran misterio del origen del universo. Una mirada de reflexión hacia este sagrado relato, nos permitirá percibir un claro y evidente reflejo de la sabiduría, omnisciencia y omnipotencia del Supremo Creador. Pues, así como todo artífice se complace en producir una innumerable variedad de sus creaciones, también Dios, en su sabiduría infinita, su omnisciencia y su omnipotencia, se ha complacido en crear un universo en el que existe una infinidad de astros y planetas y una maravillosa variedad de la existencia y formas de vida. No obstante, existe una marcada diferencia entre las creaciones de Dios y las del hombre. Esta consiste no solo en el hecho de que el hombre no es creador de la vida, sino también que para sus creaciones necesita de material preexistente; mientras que Dios es creador de la materia misma y esto lo explica, según el 3Diccionario Expositivo Vine, el uso del término hebreo “bara,”: crear, hacer. Al confirmar que el significado implícito de este verbo es “creación de la nada.”
En los pasajes bíblicos citados, el relato no está expresado de forma totalmente detallada, debido a que se hubiese necesitado escribir una serie de tomos, que por las difíciles condiciones existentes para la escritura en aquella época, hubiese sido inoperante. Además de ello, es necesario entender que, de haberse hecho una descripción de los seres microscópicos, los hombres de aquellos tiempos hubiesen dado por falso el relato, debido a que todavía no existían los medios para comprobarlo.
El ser humano, sin embargo, aparece como la criatura superior de dicha creación, por haber sido creado a imagen de Dios.
Creo que deberá ser de suma importancia que tomemos en consideración el hecho de que, a través de la historia de la humanidad, algunos hombres con la exposición de diferentes teorías, han tratado de negar la veracidad de este tradicional relato, conocido como La Teoría Bíblica del Origen del Universo. Entre ellas, se conocen como las más sobresalientes el idealismo en sus dos divisiones: el objetivo y el subjetivo. Además de ello, están el panteísmo y el materialismo, el cual expone que nuestra teoría es pueril, simple y sin valor científico alguno.
Sin embargo, todo esfuerzo por rebatir la veracidad de las Escrituras divinamente inspiradas, ha sido inútil. Pues lo cierto es que el orden tan maravilloso por el cual se rige nuestro universo, denuncia a la vista y a la conciencia humana la majestuosidad y la omnisapiencia de su Creador. Los principios de la lógica y de la filosofía, exigen que donde quiera que exista el orden tiene que existir por ley un ser inteligente, poseído de voluntad y poder como causa del mismo. A nadie se le ocurriría pensar que el vehículo automotor o la computadora hayan sido creados por casualidad, debido al orden tan complejo de su constitución. Ineludiblemente, se exige que cualquiera de estos efectos debe tener su causa en un ser inteligente, poseído de voluntad y poder para haberlos creado. ¿Cuánto más un universo tan complejamente ordenado, como el que nosotros conocemos, habrá necesitado de un Ser con las facultades ya mencionadas para su existencia? Bastaría solo un poco de conocimiento de astronomía para darse cuenta de la disposición tan rigurosa por la que se rigen tanto los astros como los planetas, los cuales obedecen estrictamente, aun en fracciones de segundos, las leyes que Dios ha puesto para presidirlos. Vea detalles asombrosos en el 30Auxiliar Bíblico Portavoz, página 35. De igual manera, un poco de conocimiento de fisiología animal, humana y vegetal, nos ayudaría a comprender también el orden tan maravilloso al que obedecen los diferentes sistemas del cuerpo humano, como lo son el sistema circulatorio, el respiratorio, el digestivo, el visual y otras facultades complejas del cerebro. Así como sucede también en la vida de los animales y las plantas. El conocimiento de ello sería lo suficiente para no dudar que nuestro universo debe su existencia a un Ser infinitamente inteligente y poderoso.
Se dice que Einstein, después de haber estudiado la desintegración atómica con el fin de apoyarse en ella para negar la existencia de Dios, al realizar el gran descubrimiento, sin embargo, se expresó diciendo: "¡En cada átomo veo a Dios!"
Escuche dos bellas alabanzas alusivas al tema, una en cada uno de los dos siguientes enlaces: Oscar Medina. Wilkins.