VIDA Y ACTIVIDADES DE YESHÚA
VIDA Y ACTIVIDADES DE YESHÚA
Breve resumen: El Mesías, el Hijo de Dios, se manifestó a este mundo en una forma muy sencilla y natural, pero dando pruebas evidentes y poderosas de su procedencia divina. Nació de una mujer virgen, engendrado por obra y gracia del Espíritu Santo, de acuerdo a las palabras del ángel de Dios a María, tomadas en consideración en el tema anterior, según 51Lucas capítulo 1: versículos 26 al 35. Conforme al concepto de Padre e Hijo emitido en temas anteriores. A la edad de treinta años comenzó su ministerio dándose a conocer entre los judíos, como el Hijo de Dios, el Mesías y Redentor de la humanidad. Haciendo grandes milagros, sanando enfermos y afligidos, resucitando muertos, instruyendo en toda justicia y predicando las buenas nuevas de salvación. Estas actividades lo identificaron como el Enviado de Dios.
Sanidad divina: Entre las actividades de nuestro Señor Yeshúa el Mesías, durante su vida ministerial, resaltan de forma admirable sus obras de sanidad divina.
Este es uno de los grandes beneficios que nuestro Mesías ofrece a la humanidad, cuyos efectos han tenido un carácter positivo, no solo en tiempos de la Iglesia primitiva, sino aun en nuestra época, para todos los que creen en sus promesas.
Es por ello que he tenido a bien, antes de concluir este capítulo, hacer referencia a esta actividad tan importante del Divino Maestro, la cual ha quedado como una señal permanente para su Iglesia.
Esta actividad de nuestro Mesías había sido predicha por el profeta Isaías, alrededor de ochocientos años antes de su nacimiento. Consideremos lo que nos dice el pasaje siguiente:
51Isaías capítulo 53: versículos 4 y 5: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados."
Yeshúa cumplió ampliamente lo relacionado con esta profecía durante el período de su vida ministerial. Al respecto consideremos lo que dicen los pasajes bíblicos siguientes:
51Mateo capítulo 8: versículos 14 al 17: "Y vino Jesús [Yeshúa] a casa de Pedro, y vió a su suegra echada en cama, y con fiebre. 15Y tocó su mano, y la fiebre la dejó: y ella se levantó, y les servía. 16Y como fue ya tarde, trajeron a él muchos endemoniados; y echó los demonios con la palabra, y sanó a todos los enfermos; 17Para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias."
51Lucas capítulo 13: versículos 11 al 13: "Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad dieciocho años, y andaba agobiada, que en ninguna manera se podía enhestar. 12Y como Jesús [Yeshúa] la vió, llamóla, y díjole: Mujer, libre eres de tu enfermedad. 13Y puso las manos sobre ella; y luego se enderezó, y glorificaba a Dios."
Lucas narra un hecho resaltante relacionado con el milagro de la resurrección de la hija del príncipe de una sinagoga judía. Era un varón, llamado Jairo, el cual vino, y cayendo a los pies de Jesús [Yeshúa], le rogaba que entrase en su casa, porque tenía una hija única, como de doce años, y ella se estaba muriendo. Y yendo, le apretaba la compañía. Y una mujer, que tenía flujo de sangre hacía doce años, la cual había gastado en médicos toda su hacienda, y por ninguno había podido ser curada, llegándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido; y luego se estancó el flujo de su sangre. Entonces Jesús [Yeshúa] dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la compañía te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? Y Jesús [Yeshúa] dijo: Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí. Entonces, como la mujer vio que no se había ocultado, vino temblando, y postrándose delante de él declaróle delante de todo el pueblo la causa por qué le había tocado, y cómo luego había sido sana. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz. Estando aún él hablando, vino uno del príncipe de la sinagoga a decirle: Tu hija es muerta, no des trabajo al Maestro. Y oyéndolo Jesús [Yeshúa], le respondió: No temas: cree solamente, y será salva. Y entrando en casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, y a Jacobo, y a Juan, y al padre y a la madre de la moza. Y lloraban todos, y la plañían. Y él dijo: No lloréis, no es muerta sino que duerme. Y hacían burla de él, sabiendo que estaba muerta. Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate, entonces su espíritu volvió, y se levantó luego: y él mandó que le diesen de comer. Y sus padres estaban atónitos, a los cuales él mandó que a nadie dijesen lo que había sido hecho. 51(Lucas capítulo 8: versículos 41 al 56).
El apóstol Juan relata el milagro de sanidad divina realizado por el Mesías en un hombre que tenía 38 años de estar paralítico. Él inicia su descripción diciendo que hay en Jerusalem a la puerta del ganado un estanque, que en hebraico es llamado Bethesda, el cual tiene cinco portales. En estos yacía multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua. Porque un ángel descendía a cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y estaba allí un hombre que había treinta y ocho años que estaba enfermo. Como Jesús [Yeshúa] vio a éste echado, y entendió que ya había mucho tiempo, dícele: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estanque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido. Dícele Jesús [Yeshúa]: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y luego aquel hombre fue sano, y tomó su lecho, e íbase. Y era sábado aquel día. 51(Juan capítulo 5: versículos 2 al 9).
Nuestro Señor realizó muchos milagros de sanidad divina, los cuales no pretendo relacionar en su totalidad en este tratado, sin embargo, quiero resaltar que Él no limitó esta importante actividad a sí mismo, sino que facultó a sus discípulos para que con toda autoridad realizaran esta maravillosa obra. Veamos lo que nos dice el pasaje bíblico siguiente:
51Mateo capítulo 10: versículos 1, 5, 7 y 8: "Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio potestad contra los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y sanasen toda enfermedad y toda dolencia. 5A estos doce envió Jesús [Yeshúa], a los cuales dio mandamiento, diciendo: Por camino de gentiles no iréis... 7Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios: de gracia recibisteis, dad de gracia."
Después de la ascensión del Señor los discípulos continuaron esta obra. Un ejemplo de ello lo encontramos en el milagro realizado por los apóstoles Pedro y Juan a un paralítico. Como de costumbre, ellos subían juntos al templo a la hora de oración, en este caso la de nona, que en Israel son las tres de la tarde. Y un hombre que era cojo de nacimiento, era traído; al cual ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, como vio a Pedro y a Juan que iban a entrar, rogaba que le diesen limosna. Y Pedro, con Juan, fijando los ojos en él, dijo: Mira a nosotros. Entonces él estuvo atento a ellos, esperando recibir de ellos algo. Y Pedro dijo: Ni tengo plata ni oro; mas lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo [Yeshúa el Mesías] de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó: y luego fueron afirmados sus pies y tobillos; y saltando se puso en pie, y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Y conocían que él era el que se sentaba a la limosna a la puerta del templo, la Hermosa: y fueron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido. 51(Hechos capítulo 3: versículos 1 al 10).
Santiago, en su Epístola Universal, hace una recomendación a la Iglesia acerca de la sanidad divina, según el siguiente pasaje de las Escrituras:
51Santiago capítulo 5: versículos 14 y 15: "¿Está alguno enfermo entre vosotros? llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados."
Esta autoridad fue extendida por el Señor a todos los creyentes en Él. Al respecto consideremos el siguiente pasaje bíblico:
51Marcos capítulo 16: versículos 17 y 18: "Y estas señales seguirán a los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18Quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán."
Recomendaciones: Antes de concluir este tema, quiero hacer algunas recomendaciones a las personas interesadas en recibir la sanidad divina:
Creer: Uno de los aspectos fundamentales que interviene en la posible realización de cualquier hecho milagroso, es la fe de la persona relacionada con el mismo, o sea, creer que en verdad Dios tiene poder para hacer la obra, y que quiere realizarla. El Señor Yeshúa hizo énfasis varias veces sobre este aspecto tan importante para el creyente. Al respecto consideremos lo que dice el siguiente pasaje:
51Marcos capítulo 9: versículos 21 al 27: "Y Jesús [Yeshúa] preguntó a su padre: ¿Cuánto tiempo há que le aconteció esto? Y él dijo: Desde niño. 22Y muchas veces le echa en el fuego y en aguas, para matarle; mas, si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia de nosotros. 23Y Jesús [Yeshúa] le dijo: Si puedes creer, al que cree todo es posible. 24Y luego el padre del muchacho dijo clamando: Creo, ayuda mi incredulidad. 25Y como Jesús [Yeshúa] vió que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 26Entonces el espíritu clamando y desgarrándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. 27Mas Jesús [Yeshúa] tomándole de la mano, enderezóle; y se levantó."
La expresión creer, en este caso, implica también una actitud insistente: si usted cree de verdad que Dios puede hacer la obra, aunque usted no reciba la sanidad en la primera ocasión, sígala pidiendo, continúe insistiendo a Dios con esa fe que Él demanda, y al final usted obtendrá la victoria. Recuerde el tema de la oración, en que el Señor sugiere una actitud perseverante.
Otra característica implícita en este término es una entrega total en las manos de Dios. Si usted dice en su corazón: voy a pedir la oración por la sanidad divina a ver si me sano, y si no, entonces recurro a otros medios, tenga la seguridad que Dios no lo va a sanar. Ahora bien, si por el contrario, usted decide ponerse de manera incondicional en sus manos para vida o muerte, entonces Dios hace la obra. Nótese que las personas que recurrían al Mesías para ser sanadas, eran en su mayoría, desahuciadas de los médicos o casos que no eran de la competencia de estos. Por lo que les era más fácil entregarse incondicionalmente en las manos de Dios. Así, cual ellos, es necesario que también nosotros nos pongamos en sus manos para que Él haga la obra.
Integridad del creyente: El creyente o siervo de Dios facultado por su Espíritu Santo para esta actividad, necesita ser suficientemente íntegro y fiel para tener el respaldo de Dios a la hora de realizar la obra de sanidad divina. En algunos casos se requiere mantener una actitud de ayuno y oración constante para que la obra pueda ser realizada. Si leemos el contexto del pasaje citado anteriormente, encontraremos que antes de que Yeshúa llegara a donde estaba el endemoniado, ya sus discípulos habían tratado de echar fuera al demonio y no habían podido. Veamos al respecto el pasaje de referencia:
51Marcos capítulo 9: versículos 28 y 29: "Y como él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 29Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno."
Humillarse ante Dios: La humillación es una de las actitudes del ser humano que más fácilmente mueve a Dios a usar la misericordia. Toda persona debe sentirse ante Dios como indigna de sus dádivas y en tal actitud, implorar el favor divino por piedad, para poder recibir lo que necesita. Pues la Palabra de Dios dice, según 51Primera de Pedro capítulo 5: versículo 5, que Él resiste a los soberbios y da gracia a los humildes; y en 51Salmos 51: versículo 17, dice que un corazón contrito y humillado, Dios no despreciará. Una evidencia de ello se refleja de forma maravillosa en el relato de la mujer sirofenicia. En una ocasión que Yeshúa fue a las partes de Tiro y de Sidón, una mujer cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija es malamente atormentada del demonio. Mas él no le respondió palabra. Entonces llegándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despáchala, pues da voces tras nosotros. Y él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino, y le adoró, diciendo: Señor, socórreme. Y respondiendo él, dijo: No es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; mas los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores. Entonces respondiendo Jesús [Yeshúa], dijo: Oh mujer, grande es tu fe; sea hecho contigo como quieres. Y fue sana su hija desde aquella hora. 51(Mateo capítulo 15: versículos 21 al 28).
Apartarse del pecado: Si recordamos el pasaje bíblico leído, según 51Santiago capítulo 5: versículos 14 y 15, nos daremos cuenta que si el enfermo está en pecados, le son perdonados. Debido a ello, es necesario también mantenerse libre de toda contaminación pecaminosa para que esa bendición de Dios sea permanente en la vida de la persona. Al respecto consideremos lo que nos dice el pasaje siguiente:
51Juan capítulo 5: versículos 13 y 14: "Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese (no sabía quién lo había sanado); porque Jesús [Yeshúa] se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14Después le halló Jesús [Yeshúa] en el templo, y díjole: He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor."
Escuche a Gladys Muñoz con una bella alabanza alusiva al tema. Solo toque este enlace.