SÉPTIMO MANDAMIENTO

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SÉPTIMO MANDAMIENTO

"No cometerás adulterio." 51(Éxodo capítulo 20: versículo 14).

54El adulterio es una violación de la fe conyugal, infidelidad, falsificación o alteración de la naturaleza de algo, pero el acto de mayor gravedad y que generalmente ha traído serias consecuencias a la humanidad, en el caso específico del adulterio, ha sido la violación de la fe conyugal. Pues la naturaleza de la pareja, tal como lo comenta nuestro 32eminente escritor de referencia, es de unión indivisible y de respeto mutuo, así que cuando se adultera se quebranta o se profana esa ley. Dios estableció el matrimonio como un lazo sagrado entre un hombre y una mujer que deben amarse y mantener mutua fidelidad hasta la muerte. De hecho, el Señor dijo: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y allegarse ha a su mujer y serán una sola carne”. En los planes del Creador estaba muy clara la necesidad de la pareja como núcleo principal de la creación y de la civilización. Pero el adulterio rompe la estabilidad de la familia y pone en peligro aun la estabilidad de la raza humana. Por eso es tan importante este mandamiento. La infidelidad produce amargura y dolor en el ser engañado, desconfianza en los hijos y un terrible cuadro de tristeza y engaño.

El amor es uno de los sentimientos más apasionados de los seres humanos y al hacer un análisis específico sobre el amor conyugal, encontraremos que este tiene características muy delicadas, por lo que fácilmente puede ser afectado. Y las consecuencias suelen ser por lo general, las más peligrosas de todas. Una de estas características sentimentales del amor conyugal es conocida como celo. Esta no admite violación alguna del compromiso o pacto matrimonial, y cuando esto ocurre, generalmente suele suceder que la persona afectada es embargada por el celo al extremo de perder el control de su equilibrio mental y en muchos casos se han llegado a cometer los más horrendos crímenes pasionales. El adulterio o violación de la fe conyugal ha traído como consecuencia a la humanidad, innumerables actos de homicidios y suicidios. Se conoce de muchos casos en que la persona que ha sido víctima de tan vil traición, le ha dado muerte a su cónyuge o se ha dado muerte a sí misma. Otras han matado a su cónyuge y a sus hijos, y después se han suicidado. En algunos casos hasta personas ajenas al problema han sido víctimas del crimen.

El adulterio ha sido, además, la causa de muchas enemistades, pleitos y atropellos. Diversas y alarmantes son las formas en que este pecado ha traído desgracia y dolor a la humanidad. ¡Cuántos niños huérfanos, desamparados de sus padres, inocentes pasando duro trabajo, hambre y necesidad, sin un hogar paternal, sin amor ni cariño, sin vestido ni calzado! ¡Cuántos niños traumatizados por los efectos de la ausencia de su padre o de su madre!

¡Cuántas mujeres viudas! ¡Cuántos mutilados! ¡Cuántos encarcelados! ¡Cuánto sufrimiento e infelicidad ha traído el pecado del adulterio! Este es también uno de los crímenes más grandes que se puedan cometer sobre la tierra.

Es esta la justa razón por la que nuestro Dios legara tal mandamiento diciendo: “No cometerás adulterio.”

Este precepto divino, tal como lo declara nuestro 11distinguido escritor, prohíbe no solo la práctica de los hechos, sino aun las intenciones secretas y las emociones del corazón, como un medio radical para evitar la posibilidad de su ejecución. Al respecto consideremos las palabras de Yeshúa según la cita bíblica siguiente:

51Mateo capítulo 5: versículos 27 y 28: "Oísteis que fue dicho: No adulterarás: 28Mas yo os digo, que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón."

Se conoce con mucha frecuencia de personas que exponen que sus relaciones pasionales ilícitas, no han dado por resultado ninguna de las consecuencias que se mencionan aquí. Pero, aunque esto parezca ser cierto, debemos tener presente que tal comportamiento ha servido de ejemplo a otros cuya actitud sí ha logrado resultados perjudiciales. Como dice un 33versado escritor de la literatura cristiana en su comentario acerca de este precepto divino:

“¿Quién dijo que no se lastima a nadie? El costo del adulterio y la promiscuidad son sinónimos de la desgracia social. El costo real de la inmoralidad sexual es astronómico y lo han estado pagando miles de millones de seres humanos desde tiempos inmemoriales.”

Por lo cual, la violación de este mandamiento será considerada siempre como una actitud negativa, cuya recompensa se encuentra expresada en el siguiente pasaje de las Sagradas Escrituras:

51Hebreos capítulo 13: versículo 4: "Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios."

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