LA SANTA COMUNIÓN O CENA DEL SEÑOR

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LA SANTA COMUNIÓN O CENA DEL SEÑOR

Cuando Dios sacó con mano fuerte a los hijos de Israel de la esclavitud de Egipto, estableció la fiesta de la Pascua de Jehová [del Señor], en el día 14 del mes del Abib, la cual ellos debían celebrar fielmente cada año en esa misma fecha. En esa celebración, cada familia del pueblo de Dios debía sacrificar un cordero, asarlo y consumirlo, condicionados a una serie de normas especificadas en 51Éxodo capítulo 12: versículos 1 al 40 y capítulo 13: versículos 3 al 10.

Este cordero, según lo demuestran las Sagradas Escrituras, prefiguraba a Cristo, quien es el Cordero de Dios que habría de ser inmolado por la humanidad. Véase 51Juan capítulo 1: versículos 29, 36 y 37; 51Primera de Pedro capítulo 1: versículos 19 y 20; y 51Apocalipsis capítulo 5: versículo 12.

Según lo declara el pasaje que citaremos a continuación, fue la tarde de la celebración de esta fiesta, precisamente, alrededor de 1, 490 años después de su institución, cuando el Mesías se reunió a cenar por última vez con sus discípulos, donde les dejó el legado de una nueva conmemoración. Al respecto tomemos en consideración lo que nos dice el pasaje bíblico siguiente:

51Mateo capítulo 26: versículos 17 al 20 y 26 al 28: "Y el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús [Yeshúa], diciéndole: ¿Dónde quieres que aderecemos para ti para comer la pascua? 18Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa haré la pascua con mis discípulos. 19Y los discípulos hicieron como Jesús [Yeshúa] les mandó, y aderezaron la pascua. 20Y como fué la tarde del día, se sentó a la mesa con los doce. 26Y comiendo ellos, tomó Jesús [Yeshúa] el pan, y bendijo, y lo partió, y dió a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo. 27Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos; 28Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados."

Este pasaje se refiere al primer día de la fiesta de los panes sin levadura (la Pascua judía), en relación con la última cena del Señor con sus discípulos. Aunque un análisis generalizado del tema, apunta no al primer día, sino más bien al día anterior. Un indicio de ello lo encontramos en la narración del apóstol Juan, en el capítulo 13 de su libro. En el versículo 1 nos dice: “Antes de la fiesta de la Pascua”… Y en el versículo 2 continúa su relato diciendo: Y la cena acabada… El caso es que, según lo establece la Ley en Levítico capítulo 23 versículos 5 al 7, el día siguiente al de la Pascua debía ser sábado, en este caso, sábado pascual; sin importar con cuál día de la semana coincidiera. Y según el contexto del relato, el día siguiente de su crucifixión fue sábado pascual, por cuanto, según las estadísticas, sabemos que no era el sábado tradicional. Lo que ofrece claras evidencias, de que su crucifixión se llevó a efecto el día de la Pascua. Por lo tanto, la última cena con sus discípulos, debió ser la noche anterior, que, según el calendario hebreo, correspondía al día 14 del mes relacionado con esta festividad. Quizás por eso, los otros evangelistas hacen alusión “al día de la Pascua”. Pero lo cierto es, que el relato de los cuatro evangelios describe los elementos de aquella memorable cena, como pan y vino, sin nada que ver con el cordero pascual que según la ordenanza divina debía comerse con hierbas amargas.

En los siglos siguientes la Iglesia llamó esta celebración, la Santa Cena, Santa Comunión o Cena del Señor, denominada, además, como la eucaristía, del 1griego “eucaristía”: acción de gracias. La misma llegó a ser considerada como un típico acto de agradecimiento. Mediante su celebración se suele hacer recordación de la muerte del Mesías, a través de la cual se llevó a efecto el sacrificio expiatorio por el pecado de la humanidad, abriéndonos así la puerta de su gracia divina para salvación y vida eterna.

El acto simbólico en el que el Señor partió el pan y les dio a sus discípulos diciendo: Comed: esto es mi cuerpo, y dándoles la copa con el vino les dijo: Bebed de él todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, fue definido por la Iglesia del siglo IV y confirmado en el Concilio de Trento, bajo el concepto de la transubstanciación. Consiste en la idea de la conversión del cuerpo y la sangre del Mesías, en el pan y el vino. No obstante, la mayoría de las Iglesias de la actualidad lo entienden solo como un acto simbólico.

Ahora bien, con referencia a la celebración de esta cena sugerida por el Señor, el apóstol Pablo nos dice lo siguiente:

51Primera de Corintios capítulo 11: versículos 23 al 32: "Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús [Yeshúa], la noche que fué entregado, tomó pan; 24Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí. 25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí. 26Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga. 27De manera que, cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa. 29Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor. 30Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen. 31Que si nos examinásemos a nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados. 32Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo."

Es un hecho conocido históricamente por las Escrituras que la Iglesia primitiva celebró siempre esta conmemoración de la Cena del Señor. La mayoría de las Iglesias en la actualidad celebran aun esta festividad, algunas en la fecha que lo hizo Yeshúa con sus discípulos; pero otras a su mejor parecer.

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