EL VÍNCULO MATRIMONIAL ¿UN PACTO PERMANENTE?
EL VÍNCULO MATRIMONIAL ¿UN PACTO PERMANENTE?
El objetivo principal de este estudio, es concerniente a la salvedad del repudio dada por Cristo. No obstante, con el fin de obtener resultados de mayor enriquecimiento y de carácter más convincente, tomaremos en consideración como detalles complementarios la información que nos ofrecen algunos pasajes de las Escrituras afines con diferentes factores relacionados con el matrimonio.
Este tema ha sido controversial entre las enseñanzas que nos dejó nuestro Mesías. Es por ello, que no pretendo de ninguna manera exponer un concepto de carácter absoluto, sino tomar en cuenta también el criterio o la postura teológica de diferentes tendencias. Con el fin de que el estudiante reciba una información más generalizada y pueda hacer su propia evaluación del caso. El mismo es, por lo tanto, un estudio de carácter imparcial, sin aferramientos ni imposiciones, sin pretensiones polémicas ni de carácter descalificativo contra la línea de pensamientos de ninguna Iglesia o individuo.
Según lo declara el relato bíblico, el matrimonio o la unión conyugal entre el hombre y la mujer tuvo su origen en la primera pareja creada por Dios en el huerto de Edén. Veamos lo que nos dicen al respecto, los siguientes pasajes de las Escrituras:
51Génesis capítulo 2: versículos 22 al 24: "Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre. 23Y dijo Adam: Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne... 24Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su mujer, y serán una sola carne."
51Génesis capítulo 1: versículo 28: "Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla"...
La expresión referida por el hombre, en esta ocasión, constituye una confirmación de la predeterminación del Divino Creador acerca del carácter permanente del matrimonio. Esta declaración se hace más enfática en las palabras de Yeshúa referidas en el pasaje siguiente:
51Mateo capítulo 19: versículos 3 al 6: "Entonces se llegaron a él los Fariseos, tentándole, y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? 4Y él respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, macho y hembra los hizo, 5Y dijo: Por tanto, el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne? 6Así que, no son ya más dos, sino una carne: por tanto, lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre."
El escritor prosigue su relato según los versículos 7 al 12, donde los fariseos le indican: ¿Por qué, pues, Moisés mandó dar carta de divorcio, y repudiarla? Díceles Jesús [Yeshúa]: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres: mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudiare a su mujer, si no fuere por causa de fornicación, y se casare con otra, adultera: y el que se casare con la repudiada, adultera. Dícenle sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse. Entonces Él les dijo: No todos reciben esta palabra, sino aquellos a quienes es dado. Porque hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre; y hay eunucos, que son hechos eunucos por los hombres; y hay eunucos que se hicieron a sí mismos eunucos por causa del reino de los cielos; el que pueda ser capaz de eso, séalo.
Consideremos ahora la declaración del mismo Señor en los siguientes pasajes:
51Mateo capítulo 5: versículo 32: "Mas yo os digo, que el que repudiare a su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio."
51Marcos capítulo 10: versículos 11 y 12: "Y les dice: Cualquiera que repudiare a su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella: 12Y si la mujer repudiare a su marido y se casare con otro, comete adulterio."
Tomemos en cuenta, además, los pasajes siguientes:
51Primera de Corintios capítulo 7: versículos 10 y 11: "Mas a los que están sujetos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte de su marido; 11Y si se apartare, que se quede sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no despida a su mujer."
51Primera de Corintios capítulo 7: versículo 39: "La mujer casada está atada a la ley, mientras vive su marido; mas si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiere, con tal que sea en el Señor."
En 51Romanos capítulo 7: versículos 2 y 3, el mismo Apóstol declara que la mujer que está sujeta a marido, mientras el marido vive está obligada a la ley; mas muerto el marido, libre es de la ley del marido. 3Así que, viviendo el marido, se llamará adúltera si fuere de otro varón; mas si su marido muriere, es libre de la ley; de tal manera que no será adúltera si fuere de otro marido.
El primer aspecto que se refleja en la lectura de estos pasajes con relación al repudio, es que la restricción dada por el Hijo de Dios es aplicable tanto al hombre como a la mujer con respecto a su cónyuge.
Otros aspectos que se manifiestan con toda claridad son los resultados del repudio, sobre cuya base se fundamenta la prohibición del mismo. Este implica varias consecuencias:
1. Cuando el hombre repudia a su mujer, excepto por causa de fornicación, además del dolor y el sufrimiento que le causa, si él se casa con otra la primera consecuencia inmoral es que comete adulterio.
2. La segunda consecuencia es que hace que la repudiada cometa adulterio, lo cual sucedería si ella se casara de nuevo.
3. La tercera consecuencia es que el que se case con la repudiada comete adulterio.
Por tales razones, para evitar todos estos desórdenes morales el Señor Yeshúa nos dejó una salvedad: la única razón por la que el hombre puede repudiar a su mujer, según lo declaran nuestras versiones de la Biblia al español, es por causa de fornicación. De no ser así, según lo que se puede deducir de las palabras de Yeshúa y del apóstol Pablo según los pasajes leídos, tanto el hombre como la mujer están atados a la ley del matrimonio mientras su cónyuge viva.
Según la información proporcionada en el 1Diccionario Griego–Español del Nuevo Testamento, la palabra fornicación es traducida del griego “porneía”, al que se le atribuyen los siguientes significados: prostitución, fornicación, inmoralidad sexual, unión carnal ilegítima e incesto.
Resulta evidente, que cada una de estas anomalías es estrictamente reprobada por la Palabra de Dios, según lo comprobaremos en el desarrollo de nuestro estudio. Por lo que, algunos creyentes asumen que, cuando cualquiera de ellas se pone de manifiesto en un matrimonio, pudiera ser aplicable la salvedad del repudio.
Algunas Iglesias, sin embargo, no se acogen a este concepto en su totalidad. Nuestra Iglesia, por ejemplo, ha valorado solamente la "fornicación", la "unión carnal ilegítima" y el "incesto", entre los demás elementos comprendidos en el mismo. Para ello, se apoya en las declaraciones de las Sagradas Escrituras, en cuyos casos la unión conyugal es reprobada por Dios. Veamos la aplicación de cada uno de estos elementos:
Fornicación: Al hacer uso de este término encontramos una clara referencia a los casos de fornicación bajo la existencia de un contrato de esponsales, según 51Deuteronomio capítulo 22: versículos 13 al 21. En este caso, según la declaración de las Escrituras, la fornicaria era condenada por la ley mosaica con la pena capital. Pero en tiempos de Yeshúa existía la posibilidad de que ella fuera exonerada por las leyes romanas, las cuales según 51Juan capítulo 18: versículos 30 y 31, no les permitían a los judíos ejecutar la pena de muerte por sí mismos. Pero de todas suertes, el hombre estaba en todo su derecho de repudiar a la fornicaria, y por el hecho de hacerlo él no cometía adulterio ni hacía que ella adulterara. Se entiende, por lo tanto, que los casos de esta índole están incluidos en el concepto de la salvedad del repudio dada por nuestro Mesías.
Unión carnal ilegítima: Este concepto hace alusión a una especie de convivencia de pareja o unión conyugal, no reconocida ante las leyes ni la sociedad. Este tipo de relación es conocida como concubinato y calificada también como fornicación. Es altamente reprobada por Dios en muchos pasajes de las Escrituras, entre los cuales se encuentra, por ejemplo, 51Primera de Corintios capítulo 6: versículo 18. De manera que, en este caso el hombre puede repudiar a la mujer, y no por ello comete adulterio, aunque se case con otra, por cuanto no es legítimamente casado con su cónyuge. Por lo tanto, tampoco hace que ella adultere, aunque se case con otro hombre, debido a que ella tampoco era legítimamente casada con él. El que se case con la repudiada tampoco comete adulterio, porque ella es una mujer libre para casarse con quien quiera, dentro de los términos legales.
Incesto: Este concepto se refiere a uniones conyugales entre parientes muy cercanos, en alto grado prohibidas por Dios, según las definiciones reflejadas en las Sagradas Escrituras. Véase 51Levítico capítulo 20: versículos 17 y 19 al 23. En este caso, el hombre puede repudiar a su mujer aun siendo legítimamente casados ante la ley y la sociedad, y ninguno de ellos dos, ni sus nuevos contrayentes, cometen adulterio. Pues su matrimonio se había llevado a efecto violando un principio de la ley de Dios, que lo hacía reprobado y nulo para los efectos divinos. Por lo cual, ambos quedan libres para casarse de nuevo.
La postura teológica de esta y otras Iglesias, es que el hombre puede repudiar a su mujer únicamente en los casos referidos, por cuanto la unión conyugal en cada uno de ellos es desaprobada por Dios, y por lo tanto, el repudio no viola el principio expresado por Yeshúa: “Lo que Dios Juntó no lo aparte el hombre.” Por ello, en los demás casos no admiten el segundo matrimonio mientras el primer cónyuge viva. Todo basado en el sagrado temor de tomar decisiones que pudieran no tener la aprobación de Dios, debido a la violación del concepto expresado. En este caso, es fundamental tener en cuenta que nadie va a lograr que estas Iglesias cambien su concepción teológica, bajo ninguna circunstancia.
DELIBERACIONES
Según el criterio de la mayoría de los estudiosos, en las aseveraciones de nuestro Señor, reflejadas en los pasajes de 51Mateo capítulo 5: versículo 32 y 51Marcos capítulo 10: versículos 11 y 12, hay detalles de vital importancia que necesitamos tomar en cuenta, donde la frase “por causa de fornicación”, juega un papel determinante. Nótese que según 51Mateo capítulo 5: versículo 32 dice que, el que repudiare a su mujer, fuera de “causa de fornicación”, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.
Evidentemente, la causa de fornicación en un matrimonio legítimo que no sea reprobado por Dios según su Santa Palabra, se le atribuye a la infidelidad. Ahora bien, téngase en cuenta que, según la descripción de este pasaje, el hombre no ha cometido adulterio, por cuanto no dice que se haya casado con otra. En este caso, si ella se casa con otro adultera, y aun el que se case con ella, comete adulterio. Lo que indica claramente, que aquí no aplica la salvedad del repudio dada por nuestro Mesías. A diferencia de ello, en el pasaje de 51Marcos capítulo 10: versículos 11 y 12, dice que, cualquiera que repudiare a su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella. Y si la mujer repudiare a su marido y se casare con otro, comete adulterio. Nótese que, en este pasaje, el adulterio se hace presente en el momento mismo en que el hombre repudia a su mujer y se casa con otra. Evidentemente, antes de la acción tomada por el hombre, no había ningún caso de fornicación en el matrimonio, pero sí, después de eso. Vale señalar que, en este caso, no dice lo mismo que en 51Mateo capítulo 5: versículo 32, que si ella se casa con otro adultera, y que el que se case con ella comete adulterio. Todo parece indicar que al hacerse presente el caso de fornicación, debido a que el hombre es señalado como adúltero por haberse casado de nuevo, ella queda amparada bajo la salvedad del repudio. Lo mismo sucedería con el hombre, si es la mujer quien lo repudia y se casa con otro, según este pasaje.
En 51Romanos capítulo 7: versículos 2 y 3 el apóstol Pablo declara que la mujer que está sujeta a marido, mientras el marido vive está obligada a la ley; mas muerto el marido, libre es de la ley del marido. El mismo concepto es confirmado en 51Primera de Corintios capítulo 7: versículo 39 Sin embargo, se asume con todo el sentido de la lógica, según la declaración de los pasajes anteriores, que esta sentencia se mantiene para la mujer, mientras que el hombre no la repudie y se case con otra.
Nuestros estudiosos señalan además, que no podemos pasar por alto los elementos "prostitución" e "inmoralidad sexual" incluidos en el concepto del término porneía. Asumen que, cuando cualquiera de los factores comprendidos en el mismo se pone de manifiesto en un matrimonio, puede ser aplicable la salvedad dada por el Hijo de Dios. Exponen que, de ninguna manera se debe pasar por alto el concepto de inmoralidad sexual, que incluye la "prostitución", la "fornicación", la "unión carnal ilegítima" y el "incesto". Por tal razón, la mayoría de los analistas bíblicos están de acuerdo en que, la traducción al español del término porneía, no debiera ser precisamente "fornicación", como se ha mantenido tradicionalmente, sino "inmoralidad sexual", tal como lo aplican algunas versiones. Porque a través de este elemento, se pueden expresar todos los relacionados en una sola aplicación.
Estos estudiosos exponen, además, que tampoco se ha tomado en cuenta la procedencia de la sentencia emitida por Jesucristo, debido a que sus discursos y enseñanzas están basados sobre los principios religiosos que tienen su origen en el hebreo bíblico. Alegan que Él debió haber fundamentado su declaración en la terminología 2hebrea “zenunim”: fornicación, prostitución, infidelidad 2(Génesis capítulo 38: versículo 24), o en el uso abreviado del mismo: “zenut”, con igual significado. Traducido al griego por el escritor, según su término correspondiente: porneía.
Veamos, por lo tanto, el análisis relacionado con los elementos prostitución e inmoralidad sexual:
Prostitución: Al hacer uso de este concepto aplicado al término porneía, teniendo en cuenta su trascendencia en el original hebreo, todo parece indicar que no existe otra opción más lógica, sino que el mismo se refiere a los casos de matrimonios legítimos en que la mujer se ha prostituido.
Tomemos en cuenta la declaración de las Escrituras en la que esta tendencia se apoya, con referencia a esta práctica inmoral.
51Primera de Corintios capítulo 6: versículos 15 al 19: "¿Quitaré pues los miembros de Cristo [el Mesías], y los haré miembros de una ramera? Lejos sea. 16¿O no sabéis que el que se junta con una ramera, es hecho con ella un cuerpo? Porque serán, dice, los dos en una carne. 17Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es. 18Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 19¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?"
Este pasaje indica con perfecta claridad que el creyente fiel no debe mantener ningún vínculo que lo comprometa o lo contamine con el pecado de la prostitución. Admiten que cuando este fenómeno se hace presente en un matrimonio, el hombre debe separarse y mantenerse libre de tan abominable contaminación.
Ahora bien, debido a que este es uno de los elementos comprendidos en el concepto del término porneía, fundamentado en el hebreo “zenunim”, ellos asumen que la salvedad dada por Yeshúa, justifica el repudio en los casos de prostitución en el matrimonio. Lo cual, le permite al hombre despedir a su mujer, y no por ello comete adulterio, ni hace que la repudiada adultere, pues ella es adúltera por sí misma.
Inmoralidad sexual: Este concepto aplicado al término porneía, con referencia a un matrimonio legítimo pudiera incluir varios factores de carácter inmoral que lo identifiquen. No obstante, la manifestación de cualquiera de ellos debe constituir, lógicamente, un acto de infidelidad conyugal, expresado en el término 2hebreo “zenunim”, aplicable igualmente al concepto de porneía. En este caso, ellos asumen también que cuando este fenómeno inmoral se hace presente en un matrimonio, si el hombre repudia a su mujer, no por ello hace que ella cometa adulterio, porque, así como en el caso anterior, ella se convirtió en adúltera por sí misma. Según 51Deuteronomio capítulo 24: versículos 1 al 4, Dios prohíbe al hombre tomar de nuevo a su mujer después de haber sido mancillada por otro. Y según 51Números capítulo 5: versículos 12 al 31, la mujer adúltera era sancionada con una fuerte maldición que la hacía inepta para que el hombre la volviera a tomar por mujer. Mientras que su marido era declarado libre de iniquidad. Aunque bajo la dispensación de la gracia, ella es exonerada de la maldición de la ley.
No obstante, de acuerdo a la salvedad concedida por el mismo Señor, pareciera indicar que el hombre está en plena libertad de despedirla, como en el caso de la fornicación y los demás elementos considerados.
Este estudio enfatiza dos concepciones principales: la expuesta por las Iglesias más conservadoras y la relacionada con las deliberaciones teológicas. En resumen, según los detalles analizados, los cristianos de tendencia liberal, alegan que la salvedad del repudio dada por el Mesías es aplicable en cualquier caso de inmoralidad sexual en el matrimonio; que es lo único que anula su sentencia de "lo que Dios juntó no lo aparte el hombre". Mientras que los conservadores alegan que dicha salvedad se refiere a los casos en que el matrimonio o la unión conyugal se haya llevado a efecto bajo la reprobación divina, como el concubinato, el incesto o la infidelidad bajo un contrato de esponsales según 51Deuteronomio capítulo 22: versículos 13 al 21. Todo lo cual está implicado en la inmoralidad sexual. En tales casos no aplica el concepto de "lo que Dios juntó". Y por ende, el repudio no viola la sentencia emitida por nuestro Señor Yeshúa.
Mi más encarecido consejo es, por consiguiente, que de ser posible, se haga todo esfuerzo honesto por mantener la integridad de la familia, a través del uso práctico y efectivo del perdón y la reconciliación conyugal, siempre que se logren resultados objetivos. De otra manera, la mejor opción que pudiera tomar la persona en un caso semejante debe ser acorde con las palabras del apóstol Pablo, según 51Romanos capítulo 14: versículo 22, donde dice: …"Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba."
Así doy por concluido este estudio acerca del pacto matrimonial, con las siguientes palabras del apóstol Pablo:
"Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios." 51(Hebreos capítulo 13: versículo 4).
APÉNDICE
Sugiero ver este apéndice, de preferencia en el libro impreso. Para verlo en el libro digital, solo toque este enlace.
De esta manera finalizo este tratado, con la esperanza de que los estudiantes que hayan aprovechado bien el estudio de esta selección de temas, se hayan apropiado de los conocimientos necesarios acerca de Dios y de su plan de redención. A través de ellos pueden encontrar un gran apoyo mediante la lectura consecutiva de las Sagradas Escrituras, en las cuales se encuentra una maravillosa abundancia de declaraciones que corroboran y enriquecen cada uno de los contenidos tratados en este curso. Mi esperanza y mi gran anhelo es que tales conocimientos los puedan ayudar a sentir la necesidad de buscar el camino de la salvación, que solo se encuentra a través del Mesías, el Hijo de Dios.
Si el estudiante no hiciera su decisión de inmediato, estas instrucciones le serán de utilidad para que pueda decidir en el futuro. Pero no sabemos qué será del mañana. Hoy es el día aceptable, hoy es el día de salvación, mañana pudiera ser demasiado tarde. Por favor, no permita que el juicio eterno lo sorprenda sin haber aceptado a Jeshúa como su Salvador, de otra manera, usted no tendría excusa ante el Tribunal Divino el día del juicio final.